Unstable (Jonghyun) [CANCELADA]

Capítulo 8: Colapso

Holap! C: El cap. siguiente a este estará bastante crudo !! adsads xD No hago más spoiler, y dibidibidis!)? Okya, léanlo mejor n_n

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Lloyd llevaba las manos apretadas en los bolsillos; los nervios lo carcomían lentamente, como termitas devorando madera. Caminaba errante entre los senderos adoquinados del parque de diversiones.

A decir verdad, con todo lo ocurrido, no lo podríamos llamar precisamente un “parque de diversiones”; el nombre es demasiado exigente para todo lo que ha pasado.

Las familias recorrían alegres las atracciones. El colorido predominaba representado por cientos y cientos de globos, banderines, algodones de azúcar, payasos, mascotas, helados en copa, y sin olvidar la típica música que si la mezcláramos junto con payasos asesinos, tenebrosas entradas y casas de espejo sin salida, realmente daría terror. Pero eso no va a ocurrir…

Con una manzana confitada en mano, recién comprada, siguió avanzando solitario y con la cabeza baja. A estas alturas ya no pensaba en encontrar a su amiga, y de seguro Jonghyun aprovecharía estas instancias para conquistarla…

Cabizbajo, de pronto alertó risas familiares. Elevó de inmediato el rostro y no muy lejos, divisó a Kat sentada en un banco disfrutando de un helado de fresa. A su lado estaba… bueno, ustedes ya saben quién.

Lloyd sin titubear emprendió carrera hacia ellos, pero toda esa sorpresa iba a acabar cuando oyó a lo lejos una voz gritar.

—¡Hey, tú!

De seguro eran ellos, los enviados de Phil que iban en busca de Min Jae. Su hermano no tenía la culpa de ser bocón, él no conocía las andanzas de su hermano menor.

Min Jae esperó algunos segundos para volver a oír una nueva llamada.

—¡Hey!

Kat de inmediato vio entre la multitud a su amigo ojos turquesa; su mirada era confusa y no atinó más que a correr.

—¡Lloyd, espera un momento!

—¿Kat?

No tuvo tiempo para reconocer a su amiga y siguió el escape entre el gran gentío y los caminos congestionados.

Lanzaba miradas sorpresivas hacia atrás y de inmediato logró ver a un dúo corriendo tras él; un momento, otro se había unido a la carrera.

Lloyd comenzó a jadear y sus piernas comenzaron a pesarle. Aún así, tenía la ventaja de que su cuerpo era bastante liviano lo que le facilitaba el trote. En desventaja, no tenía suficiente resistencia.

—¡Lloyd detente, soy yo; no sigas corriendo que me canso!

Rendirse no era una opción. Estaba seguro de haber visto a un dúo de hombres maceteados gritándole no muy lejos.

¿Y si eran sus amigos?

De pronto, divisó una carpa enorme y un par de casetas altas. Dobló y se ocultó tras ellas.

El sol golpeaba fuerte a estas horas; el sudor caía en su frente, bajaba hasta la mejilla y recorría su cuello. 

Sus manos estaban aferradas a las tablas de  madera. Deslizó su espalda contra la pared hasta quedar sentado en el suelo arenoso. Escondió su cabeza entre las piernas esperando a que sus perseguidores se alejaran.

¿Por qué esto le parecía tan importante? La verdad era que el sueldo de este trabajo, sumado con el del local chino gracias a su trabajo como fotógrafo, le serviría para costear gastos diarios y otros un poco más complejos.