Unstable (Jonghyun) [CANCELADA]

Capítulo 12: ¿Te llevo en mi espalda?

Nuevo capítulo! Muchas, muchas, muuuuchas gracias a todas aquellas lectoras que votan y dejan algún comentario. Son muy importantes para mí :') Se agradece n_n

Disruten!

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El local chino se ubicaba a unas seis cuadras desde el departamento de Ha Neun. Íbamos recién en la segunda, y ya comenzaba a notar anormalidades en el comportamiento de Kat.

—Oye, ¿me estás escuchando?

—Pero claro que sí —contestó cabizbaja.

—¿Qué te ocurre?

—¡Yahh! No andes de curioso Kim Jonghyun; temas de mujeres que no te incumben.

Desde que nos reencontramos, jamás la había visto con reacciones tan tajantes y duras; impensable de una chica tan dulce como ella… ¿O es que intentaba fingir?

En realidad; yo soy el que finge… No ella… ¿O tal vez también lo intentaba hacer?

—¿Cuántas cuadras restan?

—Alrededor de tres.

—¡Aish! Esto se ve infinito; ya quiero llegar.

—¿Desde cuando amas asistir al trabajo? —pregunté en tono irónico.

—Desde que supe que trabajaría contigo —una notoria sonrisa forzada se esbozó en su rostro; ¿creía que eso me engañaría?

—Creí que eras más astuta, Choi.

Kat exhaló con cansancio, retomó aire y me dirigió una mirada sorprendida.

—¿Acaso no notas el sarcasmo, inútil?

—Oye, calma los fuegos, pequeña; Troya ya ardió —¿Troya, enserio?—. Podré ser cualquier cosa que se te cruce por la cabeza; pero inútil no soy.

Ha Neun soltó un suspiro aún más forzado. De improvisto, mientras avanzaba expectante a la hermosa puesta de sol, sentí que a mi lado Kat no proseguía la caminata…

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—¡Me voy al cara…! —¡ups! No alerté que pensaba en voz alta.

Escondí mi rostro por dentro de la chaqueta y comencé a percibir una horrible sensación de malestar…

“Ah… no puede ser”, dije hacia mis adentros.

Un poderoso retorcijón en mi estómago hizo que detuviera el paso y comenzase a masajear mi abdomen mientras en mi rostro se formulaban expresiones de dolor.

—Jonghyun-ah, espera un momento… —cerré mis ojos poco a poco mientras intentaba calmar la tensión.

—¿Qué ocurre?

No deseaba decirle que ocurría, pero el dolor incrementaba. En realidad, el malestar provenía desde más abajo del estómago, en el vientre. Sin embargo, no había de qué alarmarse pues esto es típico de una mujer en su período.

Pero justo yo poseía los dolores más horribles que una mujer pudiese soportar…

—Choi, ¿te encuentras bien?

—Cállate, por favor.

Jjong me observó sorprendido y por un instante pensé que podría suponer que todo era una broma; en realidad ¡Oppa, esto no es una broma!

—Sí, sí. Sólo un dolor; ya pasará —respondí intentando camuflar el garrafal malestar que sentía.

Una sensación tan complicada que creo que las palabras no podrían describir como en realidad me sentía. Era como… un sinfín de punzadas en mi abdomen. Múltiples agujas pequeñas que se ensartaban en la piel. La molestia inmovilizaba mi cuerpo; mis piernas se sentían como hilachas adormecidas.