La primera hora

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-Y bien ¿A dónde quieres ir?- me dijo Finn mientras me miraba de reojo

-¿A imprimir mi trabajo?- dije como si fuera muy obvio

-Oh vamos Rachel, hay que hacer algo más... Es tu primer fuga de clases ¡Hay que hacer algo divertido!

-No Finn... aparte, mi significado de divertido no es el mismo que el tuyo

-Okay... ¿qué es divertido para ti?- preguntó

-Leer, por ejemplo- dije con una sonrisa

-¿Es en enserio?- dijo con una sonrisa llena de burla -Tienes dieciséis no sesenta- frunció el ceño riendo negando con la cabeza

-¿Ya ves?- dije sintiéndome avergonzada por su comentario - Te dije que no funcionaria- Crucé los brazos y me giré hacia la ventana

-Ey no te enojes... Es sólo que nunca había oído decir eso a una chica- dijo mirándome con un poco de burla en su mirada, se notaba que se quería seguir burlando.

-Eso es porque te juntas con puras zorras tontas- me defendí- Sólo llévame a imprimir mi trabajo ¿si?- supliqué. Lo que antes pacía un buen plan ya no lo era

-No ya, lo siento- al ver que lo ignoraba siguió- Perdón no vuelvo a burlarme de las personas mayores no te vaya a dar un infarto del coraje

-¡Finn ya! en serio- me estaba frustrando- No quiero estar contigo por esto, siempre lo haces, terminas molestándome todo el tiempo. No se me hace gracioso tu comentario... de hecho es bastante estúpido, ¡Estúpido como tú!- dije y me giré totalmente hacia la ventana

De pronto todo se volvió incomodo. El silencio y la tensión ahora sí me hacian querer saltar del coche. 

Finn me llevó a un café-internet para imprimir mi trabajo. Cuando llegamos, frenó y quitó el seguro para que pudiera salir. Al bajarme del coche nisiquiera lo miré. Sólo aventé la puerta y caminé hacía el local con computadoras.

Automáticamente mi animo volvió cuando tuve el trabajo recién impreso en mis manos. Ya iba mejor mi día, y si nos apurábamos tal vez llegaría a la mitad de la primer hora. 

Al salir para buscar a Finn, no vi su coche. Caminé a la esquina y nada. Se había ido, ¡Finn! Lo maldijé en mi cabeza mientras contemplaba la calle buscando una solución, por un momento llegué a pensar que Finn era buena persona, que había visto hoy el viejo Finn, pero estaba equivocada.

Empecé a caminar hasta que un coche se orilló y me tocó el claxon muy fuerte. Casi me hacía tirar mi trabajo. 

Era un convertible rojo, el famoso convertible rojo de Santana Lopez. Jenna y Amy también estaban con ella. Las tres porristas encargadas de hacerme la vida imposible.

-¡Miren es Rachel!- gritó Santana -Ey Rach, ¿Qué haces aquí tan sola, y tus amigas?

 Empecé caminar

-La escuela queda muy lejos, vas a llegar tarde- Me seguía lentamente con el coche -.... Chicas ¿le damos un aventón?

-Si ven, sube Rachel- dijo Amy

Nada bueno podía salir de esas tres así que decidí negarme, pero ellas tenían razón estaba muy lejos de la escuela y no iba a llegar a tiempo... Así qué acepté

-Bueno gracias- pero antes de aceptar, miré la calle en busca de otra salida

-¡Ya sube!- gritó Santana frenando el coche

Tan sólo me acerqué lo suficiente al coche, Santana aceleró, haciendo que yo saltara hacia atras y tropezara con el refilón de la banqueta. Lo que provocó que cayera en lodo. 

Me paré de inmediato pero luego me paralicé, sintiendo el frío en mi cuerpo. 

Pero esto me gano por aceptar, pensé. 

Ellas arrancaron no sin antes de que escuchara sus carcajadas. 

Me senté en la calle, aventé mis cosas y frustrada me puse a llorar, no era mi día. Se habían burlado de mi y abandonado, me humillaron, iba a perder la primera hora, obtener la primera falta en mi vida y me dolían los pies, estaba cansada.

No sabía que hacer. Estuve analizando mi situación y decidí tomar un taxi a mi casa. Sólo traía el dinero que me había dado Sam por distraer a mamá, podría cambiarme y llegar a tiempo a la segunda hora.

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Cuando llegué a mi casa, corrí a bañarme de nuevo. Me arreglé lo más rápido posible y corrí para tomar el autobús. 

Gracias al cielo, llegué a la escuela 5 minutos antes de que empezara la segunda hora. Todo iba bien.

-¡Ey Rachel!- gritó Quinn desde el fondo del pasillo mientras corría hacia mi- ¿Por qué a historia?- Me saludó y comenzamos a caminar al salón

-Acabo de tener la peor mañana de mi vida- Le conté todo, desde que encontré a Sam hasta que llegué a la escuela.

-¡Que imbecíl!- dijo con mala cara -¿Cómo te dejó ahí sola? Y espera a que vea a Santana y a esas dos en la práctica las voy a poner al fondo de la pirámide y les voy a poner mucho trabajo físico hasta que les duela todo- decía con mucha pasión. Casi me rio.

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 Al llegar el descanso fuimos atrás de las gradas del campo a encontrarnos con Mercedes. 

-¿Cuál es la emergencia?- Preguntó Quinn al ver a Mercedes sentada en el piso. 

Mercedes debería de estar orgnizando el baile pero en su lugar, nos mandó un mensaje para que nos encontraramos.

-Max y yo terminamos- soltó de la nada

-¿Qué, por qué?- me acerqué a ella 

-Ya no tengo cita para el baile- se lanzó a mis brazos -Me siento muy mal. O sea yo estoy organizando esa cosa ¿Saben? Y ahora tengo que ir sola

Quinn rodó los ojos negando. Ella y su novio de casi un año habían terminado y su preocupación era que ya no tenía con quien ir al baile 

Mercedes se soltó en llanto-¿ahora que voy a hacer?

-Calma-la consoló Quinn- No esta arruinado todavía puedes ir... Con Rachel- dijo eso y me dieron ganas de vomitar.

Yo era la única de las 3 que no tenía pareja, Quinn era novia de Puck (otro miembro del equipo de fútbol)... Y bueno Mercedes iba a ir con Max, pero ahora ya no.

-Si Mer... podemos ir juntas- dije tratando de sonar alegre, después de todo era mi amiga y quería hacerla sentir mejor, pero mi comentario hizo que llorará aún más 

-No te ofendas Rach... Pero es muy deprimente ir con otra niña a un baile, pareceríamos lesbianas

-Claro que no- dije riéndome de su comentario sin sentido- Y si así fuera, seríamos unas lesbianas muy lindas- Mercedes rió levemente pero aún se veía triste 

-Si te quieres sentir mejor, que te cuente Rachel su día- dijo Quinn mirándome

-No se compara- Miré a Mercedes

-Ay que desastre- dijo Mercedes más calmada cuando escuchó mi historia

-Les quiero pegar- dijo Quinn más enojada que antes

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El descanso términó. Quinn tenía que ir a la práctica de porristas y Mercedes tenía junta sobre el baile, así que me dirigí hacia historia para hablar con el maestro y entregar mi trabajo, cuando una mano me tocó el hombro... Era Sam.

¡Oh tenía tantas cosas que decirle! No se escapaba de oír todo lo que me había pasado por obligarme a subir al coche con Finn.... Si antes me debía muchas ahora me debía el doble.

Goodbye To Romance [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora