Capítulo 50

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Me descubro con el humor más bueno de lo normal, así como los nervios altos

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Me descubro con el humor más bueno de lo normal, así como los nervios altos. Mi madre acaba de mandarme un mensaje, en esta mañana de viernes, para decirme que no lleguemos tarde, que Grace cocinará algo que necesita una cocción justa. Dudo que sea algo sabroso, porque está un poco obsesionada con su figura, y le disgusta cualquier tipo de carne.

Reenvío el mensaje a mi chica y responde con un "debo ir al baño antes de salir, controlar esta masa de cabello y cepillar mis dientes...". Sonrío mientras escribo mi respuesta.

Para el mediodía, me decido a ocupar mi mente en algo productivo, y opto por pintar, pero estoy muy fuera de mi mundo, así que termino cocinando unos spaghetti con brócoli que había en la nevera. La comida está deshabrida, sí, pero al menos calla al dragón de mi estómago.

Me pregunto de que rayos vamos a hablar en esa mesa.

—¿Hola? ¿Si? ¿Está mi amigo que no veo hace más de una semana?

Ruedo los ojos al escuchar la voz de Julián al otro lado de la puerta. Quizás el darle una tarjeta de ingreso no fue tan buena idea. Sonrío al verlo con dos bolsas de Mc Donald's en mano, y pensando que me ha salvado de terminar lo de mi plato.

—¡Vamos a festejar que me mudaré de esta ruidosa ciudad!

—¿Vas a mudarte? ¿Qué demonios, viejo?

Con las bolsas aún en mano, deposita como puede una carta de la universidad en California. ¡California! Me quedo con la boca abierta de par en par.

—Como has visto —dice, buscando vasos en mis alacenas casi vacías.

—Pero si tu madre no quería que estuvieras lejos de la familia...

Enarca la ceja y me señala con una copa:—-Utilicé tus métodos de liberación. Entré con Thania y vamos a vivir juntos.

—Wou wou wou, esta es demasiada información para una sola persona. Tenías que lanzarla de a poco —Vuelvo mis ojos a la carta y asiento—. ¡No sé como pudiste tardar tanto en decírmelo!

Y luego estamos abrazándonos con palmadas fuertes en la espalda, para ver quién le pega más fuerte al otro. Estoy orgulloso de lo que ha logrado este chico. Me siento feliz de poder mostrarle que no tiene porque hacer cada cosa que los padres querían para su vida. Porque sino, ¿estás viviendo la tuya o la de ellos? Y pensar que tarde muchísimos años en darme cuenta que ser el hijo de alguien, no te hace su marioneta.

—¿Y qué es eso de que te vas con Thania? Van bien las cosas por lo que veo.

Devoramos el menú que trajo y él se dedica a contarme todo lo que planeó para su nueva vida. Tiene todo pensado, y hasta la fecha de vuelo de aquí a un mes. Es increíble, aunque admito que voy a extrañarlo.

—Vamos a visitarnos, cuando la universidad no nos deje de tragar —digo, sorbiendo de mi vaso.

—Obviamente. Tienen que venir a ver la casa. Nos tiramos unas reposeras por la tarde y tomamos cerveza frente al mar y el sol caliente, ah, gaseosa para ti.

Líneas racialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora