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Capítulo 37 | Inusuales Conversaciones

Comencé a contarle sobre Harper y Drew, lo sobreprotector que podría llegar a ser el rubio y lo ingeniosa que era la pequeña castaña. Le hablé de mis amigos de la universidad y cómo conocí a la coqueta de Leah.

Permanecía sentada sobre él mientras hablaba sin parar, tratando de recordar cada detalle y contárselo. Lowell me escuchaba y al mismo tiempo jugaba con mi cabello.

—No entiendo como a Norris le da migraña con sólo escucharte hablar, a mí me encanta. Tu voz me fascina, al igual que los gestos que haces. No me importaría pasar toda la noche mirándote. ¿No puedes quedarte conmigo?

Esbocé una sonrisa mientras recorría su rostro con mis manos. Le di un corto beso que lo hizo sonreír.

—Mis hermanos están en el apartamento, no quiero dejarlos solos, pero puedo quedarme un rato más.

—Estoy conforme con eso.

La portátil comenzó a sonar debido a una video llamada.

—Es mi madre —informó sonriente.

Abrí mis ojos y me separé de él, sentándome a su lado. Rasqué mi cuello nerviosa.

— ¿Debería irme?

—Claro que no, quédate —Tomó mi mano y besó los nudillos.

Ese gesto me enterneció y asentí con la cabeza, el pelirrojo colocó la portátil en su regazo para contestar, los nervios me comían mientras esperábamos que la imagen apareciera.

— ¡Lowell! —gritó una pequeña muy emocionada, sacándole una risa al pelirrojo.

Se veía contento y eso me agradó. Una sonriente niña, cuyo color de cabello era igual al de Lowell, estaba sentada al lado de una bella mujer que poseía la misma cabellera.

—Vaya, son todos unos tomates —susurré sin apartar la vista de la pantalla—. Unos muy llamativos por cierto.

— ¿Quién es tu acompañante, hijo? —preguntó la mujer con curiosidad.

Lowell movió la portátil para que lograran verme, me sentí un poco expuesta, pues eran personas importantes para el pelirrojo y temía no agradarles. Sonreí un tanto cohibida, en momentos como este la timidez aparecía.

—Ella es Layla Carson, Layla ella es Grace, mi hermana menor, y mi madre, Alyssa —Presentó y moví mi mano, saludando.

—Encantada de conocerlas.

—Mira que guapa es, madre, ¿Es mi cuñada, Lowie?

La pequeña se encontraba alegre y emocionada que logró sacarme una sonrisa. Se veía mayor que Harper, tal vez tenía unos doce años.

—Ella no es mi novia, Grace —contestó el pelirrojo, causando que la pequeña tomate hiciera un gesto que mostraba su desilusión.

— ¿Y qué estás esperando? —intervino la mujer de hermoso cabello, se veía tan sedoso que me entraban ganas de preguntarle qué shampoo usaba.

—Es lo mismo que me pregunto, señora Kiefer —hablé con fingida indignación, provocando que la pequeña y ella sonrieran.

Sentía la mirada de Lowell sobre mí así que volteé a verlo, me miraba con una sonrisa y la ceja alzada. Le guiñé un ojo para divertirlo y él soltó una risa nasal, consiguiéndolo.

—Tan lindos —La pequeña soltó un suspiro captando nuestra atención—. Espero que no seas lento como Dominik y la traigas a casa pronto. No me decepciones, Lowie —Levantó ambas cejas y se cruzó de brazos en un vano intento de parecer amenazante cuando en realidad se veía tan adorable.

—También te extrañé, Grace —habló divertido por las palabras de su hermana—. Y a ti, mamá.

— ¿Y no hay amor para Dominik? Que desdicha, hermanito —Un chico apareció sentándose despreocupado al lado de la pequeña Grace. Lo que llamó mi atención fue el color de su cabello. Era anaranjado. Su vista cayó en mí—. ¿Dónde conseguiste a esta bella chica?

Elevé una ceja.

—Y él es mi singular hermano mayor Dominik. Es la causa de tantos dolores de cabeza, ¿No es así, Dom? —habló el pelirrojo con diversión.

— ¿Qué puedo decir? —Sonrió de lado y se encogió de hombros.

—Tú siempre tienes algo que decir —respondió con burla.

—Todavía sigo sin saber el nombre de esta belleza —habló el chico de cabello extravagante.

Gracias a todos por seguir leyendo, espero les esté gustando la historia, al igual que el guapo de Lowell xD

Kell.

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