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Capítulo 9 | Indeseables Respuestas

Me había decidido. Lo llamaría. Le pediría que fuéramos al parque que visitábamos en la secundaria. Pasaríamos una tarde agradable.

Llevé mi celular a mi oreja. Después del tercer tono contestaron.

—Aló. ¿Quién osa a interrumpir mi siesta? —habló un adormilado Roy.

—Lo siento, rubio.

—¡Layla! No te he visto, desde que te fuiste los desayunos no han sido los mismos. Nadie puede calmar a la fiera de Norris cuando tiene hambre.

Esbozé una sonrisa.

—Les llevaré algo pronto. ¿Podrías pasarme a Harley?

—Creo que eso no será posible. Sus labios están ocupados en otra cosa.

— ¿A qué te refieres?

Tardó en responder, como si estuviera pensando si debía decirme.

—Que le está comiendo la boca a su novia.

Otra patada en el estómago.

— ¿Y no pudiste ser más sutil?

—No sería Roy —Escuché un bostezo de su parte—. Oye, toma. Háblale. Mi cama me espera.

Se escuchó un ruido. Y un silencio.

— ¿Quién habla?

—Tu compañera de raspados.

Se tomó unos segundos para contestar. Me estaba acostumbrando a sus silencios.

—Hola, Layla... ¿Cómo has estado?

— ¿Te refieres al llanto y los mocos? Estoy progresando o retrocediendo, no tengo idea.

—Distraerse ayuda. ¿Quieres ir...? Mejor tú escoge, no conozco mucho.

Mis planes con Harley se habían estropeado. Aún tenía la tarde libre y pasarla con Lowell no era mala idea. ¿Un lugar al cual ir? Definitivamente no sería el parque al que planeaba ir. Quería guardar recuerdos en otros lugares con personas diferentes.

— ¿Voy o vienes? —Caminé a la mesita de la sala y tomé el llavero.

—Yo iré... El oxígeno se les acaba, tomen distancia —Se escucharon unas voces que pude identificar—. Ya voy en camino.

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