Un año y séis meses después.
El día había llegado. Volvería a ver esos ojos que anhelaba tener frente a mí cada día que pasaba. Había vuelto. Su avión aterrizó y lo buscaba ansiosa entre la multitud.
Reconocí una cabellera negruzca a la distancia. Corrí emocionada hacia él, cuando estuve lo suficientemente cerca me lancé a sus brazos sin pensarlo mucho.
Él rió y me envolvió en sus brazos.
—Te extrañé —Me separé un poco para verlo—. Te golpearé si te vuelves a ir por mucho tiempo.
—Yo también te extrañé —Sonrió de esa manera que tanto me encantaba—. Al igual que tu maltrato hacia mí. Y ahí está otra vez, también extrañé eso.
— ¿Qué cosa?
—Tu sonrisa. Tu hermosa sonrisa.
Fue inevitable no sonreír aún más, si eso era posible. Cada vez que decía ese tipo de cosas mis ilusiones aumentaban, perdiéndome más por él.
Noté las miradas de unos chicos, estaban a nuestro lado, observando expectantes. Con un poco de incomodidad me separé de mi mejor amigo.
— ¿Este es uno de esos reencuentros calientes? —preguntó un rubio con tono pícaro—. Porque pueden ir adelantándose al hotel.
Sentí mis mejillas enrojecer.
—No empieces, Roy —Le dió un golpe en el hombro—. Ella es Layla, mi amiga del alma, mi compañera de escapes y mi primera fan.
Su amiga.
Solamente eso.
—Con qué ella es la tan mencionada Layla —Un castaño esbozó una sonrisa amigable—. Soy Norris, y este adormilado y gruñón pelirrojo es Lowell.
El mencionado rascó su cabello y soltó un largo bostezo sin darle importancia a lo que su amigo había dicho.
— ¿Ustedes son los Blanks?
—Esos mismos —respondió el rubio, llamado Roy.
Mi mejor amigo, Harley, había formado una banda en el tiempo que estuvo fuera del país, la cual tuvo éxito gracias a sus vídeos subidos a Internet. No eran tan conocidos, pero gracias a sus canciones se iban sumando más seguidoras.
Llegamos a su apartamento y los chicos comenzaron a acomodarse. Tenía que volver a casa, la oscuridad no tardaba en aparecer. Estábamos debajo del marco de la puerta.
— ¿Te veo mañana? —Y otra vez apareció esa tentadora sonrisa.
Asentí con mi cabeza. No soportaría tanto tiempo. Tenía que hacerlo. Tenía que sentir esos labios una vez más o no dormiría toda la noche.
Me acerqué a él, puse mis manos sobre sus hombros y me incliné para saborear y disfrutar de sus besos.
Pero él me detuvo, apartó mis manos de sus hombros. Cerró sus ojos por unos minutos. Minutos que detesté tanto.
—No puedo.
Este Harley xD Vamos a darle un zap a esa cabezota. Si te gustó dale a la estrellita.
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Espacios coloreados |Completa|
Storie d'amoreEl amor era una mierda. O como prefería describirlo Layla: Gris. Un jodido color gris. Harley era el causante de ese concepto, pues la había enviado a la friendzone incontables veces. Luego de su regreso a la ciudad siendo parte de una banda en asce...