DULCE TORTURA.©

9.

Para (K)

Feliz jodido cumpleaños Rubia...

Abro los ojos lentamente, mientras estiro mi adolorido cuerpo., La noche fue intensa, pareciese que he corrido un maratón puesto que cada músculo me quema.
Me incorporo lentamente mirando la hora en mi celular., Este comienza a timbrar y respondo de inmediato por inercia, —¡Hola!— Es Joseph, se escucha alterado.
—Hola ¿Que pasa?— tragó saliva al recordar que me he acostado con Tristán y que el pudiese saberlo.
—Cielo, estoy muy atareado, llegaré tarde a la reunión de Kath— Respiro hondo al escucharlo, no sabe nada y eso es bueno., Aunque lo otro sí me incomoda pero no me sorprende.
—Esta bien, te espero entonces en casa de Kath.— Finalizó la llamada y me pongo de pie directo a la cocina.
Bajo las escaleras y Simón comienza a ladrar mientras corre a mis brazos. —Hola peludo, debes estar ambriento.

—Lo está.— Pego un brinco de muerte., Realmente no esperaba esto, miró hacia mi sala y me topo con la perfección andante.
—¡Madre! No puedes entrar a mi casa de esa manera, casi me muero del susto.— Me tocó el pecho y siento mi agitada respiración. Ella me mira fijamente mientras bajo para poder visualizarla mejor.
—Nunca te gustaron las sorpresas—Arquea una ceja con cierto sarcasmo, si no le digo lo que quiere escuchar, esto empeorará. — No dijiste que vendrías, ¿Café?.— Asiente con la cabeza, mientras coloca su perfecto bolso en el sillón, sus tacones se precipitan, provocando eco en la estancia. Entramos a la cocina y colocó la cafetera sin saber que decir, ¿De que puedo hablar con mi madre? Estoy atónita ante el gran susto y la visita inesperada, a pesar de ello siempre ha sido tan recta, que sí le contara mi secreto seguro sería la deshonra de la familia.
—¿Qué tal ha ido el trabajo?— Su dura voz se clava en mis oidos., Como quisiera que papá estuviese aquí., Una ligera tristeza me corroe al recordar su enfermedad y lo que sufrió antes de marcharse.
—Ha ido bien, con mucho trabajo.— Sonrió ligeramente mientras la miró a los ojos., Que hermosa eres madre, lastima que seas un tempano de hielo.
—El trabajo es bueno, me alegro por ti Dayanara., Espero que todo marche como debe ser.— Sonrió nuevamente, poniéndome de pie para servir el café.

Se lo extiendo y sorbo el mío, el momento es tan incómodo., Nunca lleve una buena empatía con ella, jamás apoyo mis decisiones, ahora está aquí después de casi seis meses tratando de saber mi vida.
—¿Aún sales con Maxwel?— Asiento con la cabeza y ambas bebemos el café, sin decir una palabra más.
—Debo irme, felicitarme a Katherine.— siento un gran alivio creí que esto jamás terminaría.
—Lo haré, buen viaje madre.— Asiente y me da un casto beso en la mejilla, acompañado de un abrazo.
Eso me toma por sorpresa, nunca lo había hecho.
—Puedes volver a entrar cuando quieras, solo evita matarme del susto— Sonrió ampliamente, pues ese abrazo, aquel pequeño afecto lo mejoro todo.
—La próxima vez no fallaré— Muestra su perfecta sonrisa y girando en sus talones da media vuelta y se marcha, desaparecido en su bello auto color grisáceo.
Sonrió ampliamente al recordar el abrazo de mi madre.
Nunca pudimos llevarnos bien, el mediador siempre fue mi padre, pero se ha ido y debo lidiar con ello constantemente.

Me apresuró a envolver el regalo de Kath, es uno de mis diseños, aún no sale a la venta es un exclusivo, sé que le encantará. Ahora solo falta alimentar a Simón y alistarme para la noche.
Hago mis labores y comienzo por darme una ducha, dejo que el agua caliente me liberé de mis pensamientos malevolos, aún recuerdo a Tristán tocando cada rincón de mi cuerpo, me calienta, me enciende sentirlo tan cerca., Suspiro fuerte cuando mis manos se precipitan a mi entre pierna, tocandome despacio y dejándome llevar, son sus manos en mi cuerpo, sus labios candentes sobre los míos, sus ojos viendo cada rincón de mi cuerpo., Me conoce tan bien que sabe cuándo lo quiero solo para mí.
Introduzco un dedo y luego dos, —ha— gimó cuando los muevo dentro de mi, puedo verte en mi bañera cariño., Tu lengua me tortura, me llevas a las nubes y no quiero que me dejes caer.