RIDDLE → Draco Malfoy

Capitulo cinco

Acto 1 |  No quiero huir otra vez

Luego de aquel momento en mi habitación, decidí que lo mejor era si caminaba un poco y me despejaba.

–bss, bss –escuche, sin embargo, seguí caminando –bss, bss –escuche otra vez, mire hacia un lado, a ver si daba con el responsable de aquel ruido, pero con lo que di fue el cuerpo de una persona, lo que provocó que se me cayeran los lentes, pues si fue un choque bastante fuerte

–¿Podrías fijarte por donde vas? –pregunte fastidiada, pues si me había lastimado el choque

–Disculpa, no te vi –escuche que me decían, me puse los lentes y cuando alce la mirada, me encontré con la persona que menos pensé que se disculpara

Lo miré extrañada –¿Malfoy? ¿Disculpándose? ¿te sientes mal? –pregunté

El rodo los ojos –No me fastidies, Sophia –sin más, siguió caminando

Por un momento pensé en seguirlo, sentí la necesidad de hacerlo, ¿debería? Mire a mi alrededor, y no había más que algunos estudiantes hablando entre ellos.

Suspiré y decidí que seguiría al rubio, simplemente algo me impulsó a hacerlo.

Al principio se me hizo un poco difícil seguirle el paso, pues no había visto muy bien por donde había ido, pero luego lo encontré y estaba hablando con nadie más ni nadie menos que, Severus Snape.

Saqué mi varita y la apunté hacia mi oreja, murmurando un hechizo para que se hiciera un poco más grande y así poder escuchar la conversación.

–¿No has escuchado nada sobre eso? –preguntó Snape, con su típico semblante

Malfoy negó –No sé de qué me habla

Snape alzó una ceja –No te creo –murmuró, fastidiado

El rubio se encogió de hombros –no tiene que hacerlo si no quiere, pero yo le estoy diciendo la verdad. ¿No cree que si supiera quien es la hija de...tu-sabes-quien, te lo diría? –bufó

Mi corazón comenzó a latir muy rápido, tanto que lo sentí como un ataque de pánico

–El señor tenebroso quiere encontrarla...

–¿Para qué? –pregunto el rubio

Snape lo miró irritado –¿Cuestionas lo que quiere el señor tenebroso? No es de tu incumbencia

Malfoy bufó –¿entonces para qué me pregunta? –dijo y se dio la vuelta, dando conmigo detrás de una columna

Me moví lo más rápido que pude y me escondí, con la esperanza de que no me hubiera visto. El paso de largo, espere unos segundos, y pronto Snape también lo hizo. Me pegué lo más que pude a la pared para que no me vieran, y suspire cuando ninguno de los dos se volteo a donde estaba.

Cuando sentí que ya era seguro, salí de mi escondite y caminé lo más rápido que pude a la sala común.

Antes de subir las escaleras que daban a mi habitación, sentií como me jalaban del brazo y me llevaban a otro lado. Asustada, me resistí y traté de que no me llevaran a otro lado, sin embargo, no funcionó.

Cuando pude ver bien, me encontré con Draco Malfoy mirándome con los ojos entrecerrados. Estábamos en su habitación.

–No debería estar aquí –dije molesta

Él alzó una ceja –definitivamente no deberías estar en Hogwarts –murmuró

Lo mire abriendo los ojos, asustada –¿Q.qué dices? Se que no te agrado, pero no es como si fueras dueño de Hogwarts, que decides quien puede y quien...

Él me interrumpió –Cállate, Sophia. Se tu secreto –dijo fastidiado

–¿Qué secreto? –pregunté, intentando disimular mi miedo

–Tu sabes cual

Molesta, me acerque a él y lo empuje a la pared más cercana, poniendo mi brazo en su pecho y señalándolo con mi varita

–¿Quien te dijo? –pregunté

El negó, se encontraba tranquilo, no se le veía tan asustadizo como usualmente –Nadie

–¿Y cómo lo sabes?

–Te vi espiándonos, Sophia. Snape me dio una descripción que encaja mucho contigo...

–pero...se supone que con los lentes...

–Se te cayeron los lentes cuando tropezamos, ayudan a despistar bastante, eh –admitió

Deje de acorralarlo en la pared y comencé a caminar de un lado a otro, preocupada

–¿Planeas decirle a Snape? –pregunte

El me miro incrédulo –tuve la oportunidad y no lo hice, genio

–¿Qué quieres a cambio?

Él se encogió de hombros –Nada –lo miré entrecerrando los ojos –me caes bien, por eso no dije nada

Rodé los ojos –No seas mentiroso, Malfoy. Ni siquiera me conoces, nos hemos llevado mal desde la primera vez que hablamos

–Tienes razón –admitió – pero... –iba a decir algo, pero negó y al final no dijo nada

Suspire –Si alguien se entera, sabré que fuiste tu y créeme, si me hundo, te hundes conmigo –lo amenacé y salí rápido de su habitación.

Necesitaba hablar con Albus.