Mis maletas estaban listas, los padres de Danny estaban fuera de casa esperando a que acabáramos de verificar si todo andaba en orden, al terminar me despedí rápidamente de mi madre a quien no le importaba donde estuviera, supongo que entre más lejos esté mejor. Subimos al auto y sin más nos marchamos, mi cuerpo estaba un poco mejor, había tenido 3 días de reposo absoluto, Danny apenas y me dejaba levantarme para ir al baño.
Me la pasé muy bien con él estando cerca, sentía que mi corazón se reconstruía poco a poco después de aquel incidente, al llegar a su casa me bajaron con mucho cuidado dejándome sobre una silla de ruedas, era como estar inválido, pero aun así estaba feliz, al entrar me sorprendí por lo cambiada que estaba, no era la misma de hace unos 5 años, tenía un poco de envidia, pero sinceramente es algo que ellos se han ganado con su gran esfuerzo.
Me instalé en una habitación de la planta baja, era grande, pero acogedora, era como un sueño, solo que mis padres no formaban parte de el, a veces pensaba en qué hubiera pasado si ellos hubieran sido diferentes, quizás mi madre sería más humilde y amorosa, quizás mi padre me hubiera enseñado a jugar futbol, hubiéramos ido a ver partidos de beisbol o al parque de atracciones, creo que hubiéramos sido una familia feliz, pero todo eso... son solo tonterías.
Estaba exhausto, necesitaba dormir solo que Danny insistía en que cenáramos todos juntos, no tenía problema con eso por lo que acepté, al cabo de unos minutos salí de la que ahora era mi habitación y fui a la cocina, estar en silla de ruedas no era tan cómodo después de todo, había un lugar para mí y con ayuda del padre de Danny, el señor Robert, me senté en una silla normal, olía excelente, a lo largo de la mesa estaba toda la comida, había dos tipos de ensalada, salsa blanca con hongos, puré de papa, carne a la plancha y un postre que desconocía.
¿Es que acaso la madre de Danny es chef? Estaba sorprendido, era parecido a un banquete, hace años no tengo estas experiencias tipo familiares. Con algo de vergüenza esperé que todos se sirvieran primero, sinceramente no me sentía parte de esto, al parecer la señora Lizzy lo notó porque no dejaba de mirarme con preocupación.
—¿No tienes hambre? ¿O quieres otra cosa? Puedo prepararte lo que sea —me dijo amablemente, ojalá ese fuera el problema, negué con la cabeza y permanecí en silencio.
Danny tomó mi plato sin darme cuenta y puso de todo un poco, ¿Acaso piensa que me comeré todo eso? Es demasiado—. Exageras —murmuré.
—Para nada, necesitas comer muy bien y la comida de mi madre es excelente así que nada de quejas y traga —me sonrió.
Dimos las gracias de manera breve y comenzamos a cenar con gusto, había música de fondo y los padres de Danny agregaban algunos chistes de vez en cuando, sin embargo, mi pecho seguía doliendo, han pasado ya 3 días y este dolor permanece, me tortura en las noches y se intensifica cuando recuerdo lo sucedido.
—Ah, Danny —le llamé—. ¿Y cómo fue tu cumpleaños?
—Estuvo bien, al final tuve que ordenar todo yo solo, los chicos se volvieron locos, pero fue totalmente inolvidable —miró a sus padres inocente, sabía que hizo un desastre y estaba claro que no se pudo salvar de un castigo.
Así que estuvo "bien", sí, eso dijo, estuvo bien porque yo no pude llegar, estuvo bien porque Frank me dejó como un vegetal, casi inmóvil en medio de la nada. Por poco y escupo la comida con solo memorar su sonrisa, fingí que me estaba ahogando y tomé un poco de jugo.
—¿Estás bien? —ladeó su cabeza.
—Ah, sí, creo que ya no puedo más, mi estómago va a reventar —me quejé mientras buscaba la silla, el padre de Danny volvió a colocarme en ella y me dejaron ir con la excusa de que deseaba dormir.
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Prometo ser feliz.
Teen FictionAbsolutamente todas mis mañanas son iguales, es una rutina tóxica, y es que no me preocupa caminar alrededor de casa incluso con la cercanía de mi madre, sino de las atrocidades que siempre me esperan allí, en ese mundo tan apagado. A veces la pregu...