Sentí un gran escalofrío por mi cuerpo al despertarme con la sábana en el suelo. Hoy era Miércoles, entonces tenía que salir antes de casa para llegar a educación física, la asignatura que más odio. Entonces, me levanté, me puse la ropa y fui corriendo porque llegaba tarde, muy tarde, de hecho, salí de casa exactamente nueve minutos y cuarenta y siete segundos después de que empezasen las clases.
Al acabar las clases fui a casa rápidamente porque hacía muchísimo frío. Mientras iba, echaba el vaho por la boca mientras bajaba la mirada para no chocarme con nada ni con nadie.
Llegué a casa y me tumbé al sofá de un salto. Mis padres estaban en Madrid porque mi abuela estaba mala, o eso decían aunque yo sé de sobra que, se estaba muriendo... y soy hijo único, sí, de esos que les dan todo sus padres, aunque no es mi caso, mis padres no tienen el suficiente dinero ni para pagar la calefacción ni el agua caliente, es una vida un poco dura, pero cada vez que viene a verme mi mejor amigo se me olvidaba todo, porque nos metíamos debajo de la manta con una linterna y nos contábamos historias de terror, de amor... Historias varias.
Entonces oí el timbre y fui corriendo a abrir la puerta. Me asomé por la ventana y vi a Michael gritando Elliot (mi nombre) para que le dejase entrar. Primero pensé que era porque tenía frío y quería entrar en calor, pero luego pensé que este no es el mejor lugar para ello.
Subimos las escaleras, nos pusimos en mi habitación a oscuras y encendimos la linterna, le tocaba a él: Me contó una historia de un señor en una granja que siempre escuchaba sonidos raros por la zona de las mazorcas, entonces, iba buscando todas las noches, gritando -Donde estás- Hasta que un día escuchó algo diferente. -¡Detrás de ti!- Grito Michael. Yo pegué tal salto que se cayó la sabana al suelo. Ahora me inventaba yo otra, empecé con buen pie pero me di cuenta de que no se me ocurría nada y le cedí el turno. Entonces empezó a susurrar la historia:
-Cuenta la leyenda que un niño de unos cinco años, vivía en una casa, una pequeña casa, con su hermano y sus padres, había odio entre cada miembro de esa familia. Hasta tal punto que nadie entraba en la habitación de el otro, El Niño tenía curiosidad de cómo eran las habitaciones de cada uno. Entonces trepó por la pared con ayuda de los tablones que estaban sobresalidos y las enredaderas, hasta llegar al segundo piso, en la cual estaba la habitación de sus padres, donde vio como el padre mataba a la madre, entonces siguió trepando hasta la habitación de su hermano, tendría unos diecisiete años, fue llorando, puso las manos sobre la ventana. Pero sus intenciones no eran ir a llorar a su hombro si no matar a su hermano. Así que noche tras noche fue observándole, hasta que un día decidió entrar, ¿Y sabes dónde se puso?....- Entonces sonó su teléfono, se tenía que ir. Por lo tanto me quedé solo en casa, no paraba de preguntarme qué pasaba después, aunque, lo asumo, estaba cagado de miedo, esa historia verdaderamente daba pánico. Decidí ir al sofá de la planta baja a ver la tele, pero, este mes no habían pagado la luz, me cagué en todo lo que pude. Posteriormente subí a dormir, lo vi, vi al...
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La sombra de mi ventana.
HorrorUna noche cualquiera, Elliot estaba tumbado en su cama esperando a que viniese su padre, pero entonces, vio otra cosa, no sabía muy bien lo que era, hasta que noche tras noche se iba acercando, formando una sombra en su ventana, como si fuese un niñ...