II

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Por fin empezaba el verano.
Mimi, me había convencido para que nos sacásemos el bono de la piscina. 

Mimi había conseguido que me olvidase de mi ex, y lo había hecho muy bien.

Al principio, debido a la ruptura me acosté con ella. Fue un error, ambas sabemos que lo fue. Esa noche bebimos demasiado y una cosa llevó a la otra, pero ya está olvidado.

-¿Comemos sushi?

-Mimi, sabes que no me gusta.

-Sé que no lo has probado.

-Sé que no me gusta el pescado.

-Pues no sabes lo que te pierdes amiga.

-¡Mimi!

-Entonces, ¿lo de siempre? Una bandeja de sushi y una hamburguesa de pollo sin tomate ni lechuga. Perfecto, voy a llamar.

Comimos tranquilas, hablando de nuestras cosas. Como siempre.

-Venga Anita, acuéstate que dentro de dos horas vamos a la piscina.

Y lo intenté. Creedme cuando os digo que estaba nerviosa. Todavía tenía esas inseguridades que me vinieron después de dejarlo con Javier. Mimi dormía como una niña de 2 años, yo sin embargo, no podía ni cerrar los ojos. ¿Que unas 100 personas me vean en bikini? Vaya pesadilla iba a ser lo de ir a la piscina.

Fui a la cocina para preparar unos bocadillos. Uno de calamares para Mimi y uno de jamón para mi, lo de siempre. No pude evitar soltar una risa. Desde que vivíamos juntas parecíamos un matrimonio.

Cuando terminé con los bocadillos, fui a despertar a Mimi.

Subí la persiana y Mimi soltó un gruñido.

-Joder Ana. Ya me podrías haber levantado con un beso o algo así.

Me empecé a reír como una loca.

-¿Qué?-Mimi se me quedó mirando fijamente.-¿Tengo monos en la cara?

-Con que un beso eh.-Me acerqué divertida a ella y le di un pico.-Ahí lo tienes, ahora levántate.

La verdad, no sé por qué había dicho eso. No tenía ganas de ir. Pero por otra parte, había algo dentro de mi que decía que iba a ser un buen dia.

Tardamos 10 minutos en llegar.

-Pfff hay mucha gente Mimi, ¿por qué no volvemos mañana?

-Ana no seas idiota, ahí dentro no hay ni 30 personas. Anda vamos.-Dijo tirando de mi hasta la puerta.-

Le dimos los bonos al tipo de la taquilla.

-Vale ya podéis pasar preciosas.-Nos dijo.-

-Ya sabemos que lo somos, no hace falta que nos lo digas.-Contestó Mimi dejando al chico avergonzado. La amaba por ese tipo de cosas.-

-Mira, vamos a ponernos allí. 

Perfecto. Nada más poner la toalla en el suelo y tumbarme, me doy cuenta de que el césped está empapado. Adiós toalla.

-Bueno amiga, no pasa nada. ¿Nos metemos ya en el agua?

Nos sentamos en el bordillo de la zona hunda, practicamente al lado del socorrista, o la socorrista en este caso. No me había fijado antes hasta que regañó a unos niños por tirarse en bomba. La chica llevaba un bañador rojo de adidas y su gran melena rizada al viento. Me quedé embobada un buen rato mirándola hasta que Mimi me sacó del trance.

-Oye Ana, ¿dónde coño miras?

-Nada perdona, me había quedado empanada.

-Bueno, ¿le has echado el ojo a alguien?

Salvavidas [Wariam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora