Hacia mucho que no escribo,
añoraba saciar mis lagrimas
entre folios y vino.
Pero no nos engañemos,
un mal vino,
que más desgasta
que me alivia
que retoma la esperanza.
Supongo que tendréis el listón alto.
Supongo que estaréis esperando
una simple señal de perdón
un simple olvido de los fallos cometidos.
Y no es tu culpa yo lo sé,
ver para creer,
tampoco es culpa de la sociedad,
dejemos lo en un silencio repentino.
Y no un silencio malo,
hablamos de uno bueno,
¿porqué todos los silencios han de ser malos?
Ya me explicarás tú el porqué,
yo al menos no lo sé.
Ciertamente no sé nada,
No os hagáis los entendidos,
porque nadie sabe nada.
No sabe más el que presume.
No sabe más el que aprueba
frente al que suspende.
No somos nadie,
ni que fuéramos importantes.
Deja de quejarte,
pasa a la acción,
intenta, prueba, halla la solución.
Y supongo que llegamos al final,
ya es hora de despedirnos,
un adiós querido folio,
un hola al amargor del mundo exterior.