La Cosa Se Complica...

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En la mañana...
-¡Chicas! ¡Levantaros! - Rosé nos llamaba mientras se aproximaba por el pasillo. La escuchaba entre sueños incapaz de abrir mis ojos después de aquella noche tan... Movidita. Abrió la puerta y subió las persianas; al girarse se quedó impactada. Miró nuestros cuerpos desnudos y abrazados tapados de mala manera con las sábanas y salió de la habitación por patas, sin comentar, sin opinar, sin decir absolutamente nada.
-¿Qué le pasa?
-No lo sé - yo aún seguía con la cara en la almohada intentando despegarme- pero buenos días princesa.
-Qué cursilona. - Comentó con un tono burlesco y a la vez coqueto.
-Sí verdad. - Alcé la cabeza mirándola y riéndome. Me dio con la almohada en la cara y se echó a reír besándome, entonces Jisoo entró en la habitación.
-Ala señoritas pero para qué están las sábanas por favor. - Nos tapó riéndose y se tiró encima nuestra- Sois unas cochinas, - riéndose - anda levantaos y ponéos algo y a desayunar que nos espera un largo día. - Dijo levantándose y saliendo de la habitación.
-¿Por qué? - La curiosidad me podía.
-¡Es sorpresa! - se rió de nuevo mientras bajaba las escaleras.
Aprovechando ese momento a solas, me puse encima de Jennie y la besé por todas partes. Me metí bajo las sábanas y besé todo su cuerpo, cuando inesperadamente, Rosé entró.
-¡Avisad! - se tapó los ojos con la mano. Jennie tiró de mi hacia arriba sacádome de ahí debajo mientras se tapaba bien con la sábana.
-Rosé, perdona. -Me sonrojé en una milésima de segundo.
-Da igual - dejó ropa sobre la cama y bajó las escaleras. Al darse la vuelta vi como su mirada se nublaba a punto de llorar.
-Pues empezamos bien. ¡Rosé espera!
Me levanté, me puse mi ropa y bajé las escaleras corriendo tras ella. Jennie no sabía qué estaba pasando, se vistió y bajó con Jisoo. Mientras, yo estaba con Rosé en la cocina intentando que me mirase a la cara.
-Rosé, por favor, mírame solo te pido eso.
-Por favor, déjame. - Se revolvía para no mirarme y me daba la espalda llorando.
-No quiero verte así.
-¡Pues no lo parece! - Me quedé callada. Me acababa de dar cuenta de que mis caprichitos de niñata habían hecho daño a una de las personas más importantes de mi vida.
-Te quiero. - Susurré.
Su llanto cesó.
-No es verdad. - Me miró. Era una mirada que te helaba la sangre, llena de rabia, de ira, de celos.
-¿Por qué dices eso? - Me acerqué más a ella.
-Me dejaste y encima te acuestas con ella en mi casa. ¿Eso es quererme?
-Lo sient... - Me besó. En un instante sus labios estaban pegados a los míos. En ese momento, muchos sentimientos enterrados que en su momento intenté borrar resurgieron por un instante. Miles de imágenes pasaron por mi cabeza.

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Cuando volví de todos esos recuerdos, se me vino la imagen de Jennie a la cabeza y me aparté

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Cuando volví de todos esos recuerdos, se me vino la imagen de Jennie a la cabeza y me aparté.
-Lo siento, Rosé... - La volví a besar una última vez y salí a la sala como si nada hubiese pasado. - Qué buena pinta tiene este desayuno eh. Seguro que es obra tuya Jisoo.
-Más o menos.
Rosé no paró de mirarme toda la mañana. Me sentía mal por haberla besado pero por otra parte lo necesitaba. Fue como darle aquel beso de despedida que nunca fui capaz de darle. Jennie no sabía nada y estaba tan normal como siempre, al igual que Jisoo. Aquella tarde la pasamos entera trabajando en canciones, probando nuevas técnicas, etc. Cuando acabamos todo, fuimos a tomar algo, las cuatro. Estábamos genial, como si no hubiese pasado estos días, como si fuesemos el grupo de siempre (solo que ahora estaba Jennie). Hablamos durante horas, comiendo. Rosé y Jennie intercambiaban miradas conmigo. Al llegar a mi casa, sola en el silencio de la noche, todos mis sentimientos comenzaron a emerger. Empecé a pensar en Rosé, en Jennie, me lié yo misma. Me metí en un laberinto de sentimientos del que es imposible salir. Me encontraba perdida, indecisa sin saber por cuál de las dos decantarme. Pensaba que lo que había entre Rosé y yo había muerto, pero de repente volvió a encenderse tras aquel beso de despedida. Y así, entre pensamiento y pensamiento, caí en un profundo sueño.
En la mañana, sonó la alarma. La apagué unas cuatro veces. Me levanté con miedo de mirar el móvil, pero aún así lo hice. Tenía dos mensajes, uno de mi amada Jennie y otro de mi querisa Rosé.
     J-"Buenos días princesa🌹espero
    que hayas dormido bien, ¿me
       extrañaste anoche?"
    R-"Te extraño..."
Decidí no responder. Me puse mi ropa deportiva y fui a ensayar las coreografías con las chicas de la compañías. Se me hacía imposible concentrarme, no paraba de pensar en ellas... Cuando salí, quedé con Jennie. No sabía por qué, pero tenía unas gamas tremendas de tenerla a mi lado y de que me diera mimos...

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