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Noviembre 12

La clase 1-A siempre ha sido y sera bastante interesante, y así lo cree totalmente Nedzu, el director de la prestigiosa academia que resguardaba a aquel caótico curso. Dicho pemsamiento solo se reafirmó cuando la institución se volvió un internado.

Y es que si había algo que caracterizara a dicho curso a parte de sus constantes enfrentamientos contra villanos era que les encantaba celebrar y hacer fiestas.

¿Navidad? ¿San valentin? ¿Pascua? ¿Los cumpleaños de cada miembro del curso y fuera de este? ¿El día del profesor y del alumno? ¿El día del perro? ¿Ocurrió algo importante? Para todo hacían una fiesta, aún recordaba esa vez que tuvieron que remodelar la cocina después de que la destruyeran celebrando que Kaminari sacó 100 en un examen de matemáticas.

Y cuando tuvieron que reparar todas las ventanas de los dormitorios porque celebraban la independencia de otro país y debido a que este era sísmico invitaron a Shindou Yo para que sacudiera el suelo.

Oh, y esa vez que pintaron una de las paredes de los dormitorioa con la bandera LGTBQ+ porque era el mes del orgullo.

¿Y qué tal esa vez que pintaron todos los techos con huellas de patas de cerdo al traer a Tamaki y hacerle comer katsudon para conmemorar la salida de una pelicula de una serie animada?

También como olvidar cuando hicieron una guerra de comida en la cafetería para celebrar el día de la alimentación.

No, es más memorable cuando todos los hombres se vistieron de mujeres para conmemorar el dia de la mujer.

También estaba esa guerra de agua que hicieron en los pasillos para celebrar el inicio del verano.

Ah, y esa vez que empezaron a cantar un tema de una película norteamericana mientras que Bakugo hacía explosiones e Iida daba vueltas alrededor del rubio haciendo sonidos de auto en memoria de uno de los actores que al parecer murió hace años.

Nedzu realmente estaba considerando la opción de subirle el sueldo a Aizawa, que con ese curso probablemente se lo mereciera, y si alguien le cuestionaba su decisión podría decirles que es para suplir sus horas de sueño.

O despedirlo, directamente.

"Si, la segunda opción es mucho más tentadora" concordó consigo mismo mientras se llevaba una taza de café a la boca (¿hocico?) y soltaba unas pequeñas risas.

A lo lejos, All might se cuestionaba si acaso su jefe estaba planeando un plan malvado un tanto perturbado por las risas de fondo.

Ah, otro día normal en UA.