Narrador omnisciente
Habían pasado dos semanas de aquella fiesta en la que se conocieron personalmente y cada día que pasaba ellos se volvían más cercanos y la confianza entre ellos aumentaba aún más. Casi todos los días salían juntos a algún lugar de la hermosa ciudad de Buenos Aires ya sea a recorrer o a hacer algo en específico.
Pedro poco a poco se fue dando cuenta de que Martín era distinto a los demás chicos, en Martín encontró algo que le hacía resaltar, no sabía con exactitud que era, pero si sabía que ese algo existía. Pedro sabía que sentía algo por Martin, tenía esa sensación de que le estaba empezando a gustar, pero no entendía muy bien ese sentimiento ya que apenas conoció a Martín hace semanas. A él esas dos semanas le parecieron suficientes para que le guste todo de Martin. Sus sentimientos, su forma de ser, la forma de expresarse y en especial le encantaba su belleza física y como Martin le había contado que es bisexual sabía que tenía al menos una oportunidad con él.
Martín no se quedaba atrás, sentía algo muy similar por Pedro desde la noche que lo vio en la fiesta y compartió con él, se quedó totalmente enamorado. Fue como un amor a primera vista pero a diferencia de Pedro a él no le pareció raro ya que con Camila, su ex novia le había pasado lo mismo. A Martin le gustaba tanto Pedro que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para que sean novios o al menos algo más que simples ¨amigos¨
Una noche Martin no podía dormir y tampoco tenía nada que hacer.
Narra Martin
Estaba tan aburrido y sin nada para hacer, así que decidí escribirle a Pedro por WhatsApp para que venga a mi habitación a hablar o a hacer algo, todo con tal de no aburrirme y de paso estar con él.
Eeee boludo
Estás?
Dumboo
Me leíste la mente
Estoy al pedooooooooo, ayudaaaa
Venite y hablamos o no sé, hacemos algo
Todo con tal de no estar aburridos qsyo
Dumboo
Me gusta la idea
yendoooo
Deja de alargar la palabras pelotudito
.........
Pedro llegó a mi habitación y tocó la puerta
— Pasa Pedro, está abierto. - alcé la voz para que escuche.
Pedro entró a mi habitación, nos saludamos y él se acostó en mi cama con toda la confianza del mundo y yo simplemente me senté en el sofá. Empezamos a hablar.
Hablamos toda la noche e incluso la madrugada hasta que a las cuatro de la mañana empecé a sentir sueño.
— Che Pedro, yo ya me estoy muriendo de sueño y vos? - dije bostezando.
— Si, también. Vení acóstate vamos a dormir. - propuso palmeando la cama y dándome espacio.
Yo solo obedecí, ya que dormir con él era algo que realmente quería. Me acosté y nos dimos las buenas noches, él me dio la espalda y dormimos. Más o menos a las ocho de la mañana Pedro se despertó, yo sentí que se levantó y decidí mirar y efectivamente se estaba levantado.
— Que pasó? - pregunté preocupado pensando que se iba a ir.
— Nada, solo voy al baño. - respondió a lo que yo solo asentí.
Al mirarlo, no pude evitar mirar la parte inferior de su abdomen, ya que había algo que llamaba mi atención. Cuando me dí cuenta me sonrrojé, me dí la vuelta y traté de dormir sin éxito debido a que en mi mente solo estaba lo que había visto, es decir su masculinidad totalmente erecta que quedaba marcada en su short.
