Martin
Al recuperar el aire esta vez el cortó la distancia, a diferencia del beso anterior este era con más pasión y deseo.
Los dos sabíamos lo que queríamos.
Cortamos la cercanía y en ese momento Pedro me dijo que vayamos al hotel con una voz bastante pícara, yo solo asentí sin pensarlo dos veces. Pedro pagó la cuenta y fuimos para el hotel.
Más o menos luego de 5 minutos llegamos, ya que fuimos en taxi, subimos a la habitación de Pedro y cuando llegamos lo empujé hacia la pared y lo empecé a besar lentamente mordiéndole los labios. Pedro me empezó a bajar hacia mi cuello dejando besos húmedos haciendo que me excite tanto que ya no podía, miré a Pedro.
— Estás seguro? - pregunté con dudas.
— Más seguro no podría estar. - me respondió en el oído con una voz suave.
Le saqué la remera y el me sacó la mía me bajó el pantalón y el bóxer y bajó hacia mi masculinidad y la introdujo en su boca, yo tiré mi cabeza para atrás y me relajé por completo. Al principio bajaba y subía lento recorriendo toda la longitud de mi parte intima, pero cada vez iba subiendo un poco más la intensidad. Lo hacía tan bien que empecé a gemir, allí me di cuenta de que mis gemidos lo alentaban a seguir.
— Méteme toda tu pija hasta que me quedé sin aliento. - dijo Pedro sin dudar a lo que yo solo sonreí.
Solo obedecí a su petición, le bajé el pantalón junto con la ropa interior y el procedió a ponerse en cuatro mientras yo me ponía el preservativo. Empecé con estocadas lentas y cada tanto subía la potencia de las estocadas.
Cambiamos de pose, esta vez el estaba arriba mío moviéndose a su gusto, mis manos fueron a parar a sus nalgas dando uno que otro golpe en la misma. Los dos estábamos disfrutando mucho este momento, él no paraba de gemir mi nombre y eso me encantaba.
Acabé y esta vez yo bajé a su masculinidad, la agarré entre mis manos y empecé a subir y a bajar mientras el disfrutaba.
Al terminar nos tumbamos en la cama totalmente exhaustos, las gotas de sudor recorrían nuestros cuerpos y nuestras respiraciones eran totalmente aceleradas.
— Te amo tanto bebé, ojalá y nunca te vayas de mi lado. - dije yo poniéndome muy tierno para mi gusto.
— Yo También te amo lindo, y nunca me iría de tu lado mi amor, pase lo que pase siempre voy a estar contigo. - respondió Pedro con un tono suave mientras acariciaba mi pelo.
— Por eso te amo tanto - murmuré y al terminar le di un beso lleno de amor y ternura.