Entre los mundos (Paperhat +18)

97.11.33.21

Porque puedo, porque quiero y porque ya estamos en el lugar 264 aquí traigo la segunda parte😁

Soltaba desgarradores alaridos en perfecta sincronía con in a gadda da vida que iniciaba en las bocinas, en su vano intento por acallar los tambores. Sostenía su pecho, mientras que con la otra mano se daba soporte en los muros. Pronto se convirtieron en absurdas y dolorosas réplicas en las que ya no quedaba más voz para gritar, sino simples respiraciones roncas. Dolía, pesaba, dentro suyo pesaba, y ese constante retumbar en su cabeza le volvía loco, podía jurar que casi lo escuchaba pegado a sus oídos.
Aún entre las pulsaciones y la música, su audición pudo distinguir el sonido de las sombrías puertas rechinando de par en par. Flug contempló a su líder moribundo, vulnerable.

-No te quedes ahí parado animal, ¡haz algo!

Liberado del trance asistió al demonio en su lucha por mantenerse en pie, llevándole hasta el asiento de su escritorio.

-Más te vale que me digas con qué clase de porquería estabas jugando.

La saliva resbaló por su tráquea.

-En realidad...no lo sé señor, e-eran sustancias que recibí hace años como pago de un trato. Desconozco su procedencia y utilidad.

En todo momento esa insoportable serie de resonancias iba in crescendo, abriéndose camino por su psique.

-¿Quién, maldita sea? ¡¿Quién te las dio?!

No hubo respuesta por parte de Flug. Se limitó a tantear entre los bolsillos de su bata sacando un plumón, luego procedió a dibujar en el suelo una extraña simbología.
Hat lo hubiese regañado, de no ser por el hecho de que reconocía a la perfección esos jeroglíficos.

-¡Creí que era un hombre de ciencia doctor!

Gritaba, pero no tanto porque estuviese enojado, si no que elevaba el tono de su voz queriendo acallar el ruido en su cabeza.

-¿Me lo dice usted señor? Usted qué es un demonio.

Sólo se percató de la gravedad con que cargaban sus palabras al finalizar la oración. Y sin embargo el otro no hizo nada, muy por el contrario se notaba...¿asustado?
El científico continuó, recitando los cánticos para completar la invocación del ente, que se materializó en una traslúcida sombra,cubriéndose de capas de huesos, sangre, entrañas y por supuesto una rocosa piel.

-Sombrerero.
-Bill...

Pronunciaron el nombre ajeno a modo de saludo. Luego se dirigió a Flug.

-¡Papá de Chester! Ha pasado tanto tiempo.
-Vaya...conseguiste escapar.

El villano estaba débil, se creía casi sordo, y jadeaba para recuperar el aliento. La percusión de la melodía se combinó con el punsar en su cráneo. Los demás posaban las pupilas en el macabro espectáculo que protagonizaba.

-Bien, iré al grano. Por accidente rompí las pócimas que me diste hace años. Hubo una explosión de humo y él respiró parte de éste y...

-A ver a ver, vamos un poco más despacio cuatro ojos.
¿De qué color era el humo que respiró ste men?

Hat se incorporó, iba de un lado a otro desesperado por la sensación de los tambores dentro suyo. Había llegado a un nivel estratosférico, ¿qué acaso nadie más lo escuchaba? ¡Era imposible!