Voraz

354 23 2
                                    

Buenas madrugadas!!! Todo el día de hoy y parte de ayer, traté de publicar el capítulo, pero como ya saben, mi celular está teniendo fallas fuertes, así que hasta apenas pude publicar.
Aprovecho también para advertir que este capítulo contiene escenas de sexo y sadomasoquismo, sé que igual les va a valer madres mi advertencia xD pero de eso ya no me hago responsable.
Aquí presento el capítulo 5.







No hacía falta que se viera en el espejo para saber que estaba herido. Cubría el golpe en su ojo, queriendo disimular el dolor, sentía sus mejillas arder, y en sus labios notaba el gusto a sangre y chocolate, resbalando hasta su lengua, el uno tan repugnante como el otro. Por el lienzo estaban plasmados diversos caminos desordenados, sin destino alguno, en colores rojo y violáceo, como manchas deformes y garras clavándose en su espalda. Y entre las marcas en cada pliegue de su piel, resaltaban los colmillos de la bestia, tentando a romper su yugular. Había grabado su nombre en su mente, y en su cuerpo centímetro a centímetro.

-Soy un masoquista...

Ocultar las magulladuras de su faz resultaba innecesario, con su improvisada máscara de uso diario, era suficiente para disimular las huellas que el demonio había pintado sobre él. Su sexto sentido, y el material de su anonimato, alentaron a Flug a siempre estar preparado con repuestos. Se hallaba seguro por el momento. El resto de las frescas cicatrices, eran olvidadas conforme se envolvía de nuevo entre sus prendas.
Salió del cuarto, a pesar de no querer hacerlo. Se encontró con que Eclipsa y Borea atendían con semblante alegre el hambre de 5.0.5 y Demencia, a diferencia de Astraea, que luchaba por mantener la cabeza en alto, y no caer sobre su desayuno.

Buscó con la mirada a su verdugo, necesitaba respuestas. Pero Hat no se encontraba por ningún lado.

-¿Te quedarás ahí parado o vendrás a sentarte?

Borea logró despertarlo. Él avanzó con desgane, sentándose a la derecha de Astraea, había tomado más confianza con el trato que la familia real le daba.
La pequeña habló entre bostezos.

-Caminas como si te hubieran chupado las energías.
-¿No te mordiste la lengua?
-Touche...

La joven princesa había pasado la noche entera entre putrefactas estanterías marrones, y telarañas de las catacumbas que alguna vez fueron la esplendorosa biblioteca del palacio, indagando acerca de los crípticos ingredientes, buscando pistas del paradero de la varita, y quizá de sus melancólicos orígenes. Pero sus esfuerzos fueron etéreos. Recordó como se quedó observando por varios minutos el cuadro que retrataba a su familia, aquel que estaba en el altar, ese donde ahora sólo yacían recuerdos, puesto que jamás pudieron encontrar los cuerpos. Si tan sólo pudiera verlas una vez más, todo sería más fácil.

-¿Qué hay sobre los elementos?
-...
-¡Astraea!

Alarmada, levantó su cara, que ya estaba cubierta de moronas que ensuciaban las adorables figuras en sus pómulos.

-¿El para qué cosa de quién?

-Creo que te ayudaré a revisar la biblioteca...

Se compadecía de la somnolencia de su nueva amiga, que se dedicó a hacer el trabajo que le había sido encomendado a él. No era su culpa haberla abandonado la noche anterior, pero la responsabilidad de encontrar las sustancias era suya. En el pasado cometió incontables crímenes, cada uno más atroz que el anterior, eligió una vida en la que de manera constante tenía que ensuciar sus manos, pero en la parte más profunda de su ser, guardaba cariño por las pocas personas que pululaban cercano a su corazón, siendo objeto de sus cuidados el resto de su equipo, su única familia. Y sin embargo, por primera vez en casi una década volvía a practicar la empatía, sentía pena por la chica de las nubes.

Entre los mundos (Paperhat +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora