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Mientras un lindo chico albino dormía entre sabanas de seda sin ser consciente de nada, el joven rey lo veía atentamente sentado contra la cabecera de aquella cama que había sido testigo de como el pequeño chico había perdido la virginidad tan brutamente a manos de su rey.

Este mismo, parecía estar en trance, miraba de arriba abajo al chico, una y otra vez. Examinandolo. Deseandolo. Observaba atentamente como parecía tener sueños desagradables lo cual lo hacía arrugar el entrecejo o derramar algunas lagrimas, también, el como su rostro se relajaba y todo su cuerpo parecia darse una respiro al ser a penas tocado por las manos del rey. El como un simple roce así reaccionar al chico de una manera increíble. Como si su tacto hubiese sido esperado todo este tiempo.



Pov Hyukjae.

¿Cuántas horas llevaba ya viendole así?
Normalmente acostumbraba a levantarme antes que nadie. Guardaba en secreto el amar ver los amaneceres que se apreciaban desde el jardín del reino. Tan calidos y coloridos que me hacian pensar que tal vez hasta alguien como yo merecia una vida buena. Agregandole a ello, estaba el hecho de que nunca me agrado dormir con mis sirvientes sexuales. No me parecía correcto, por lo que o les echaba de mis aposentos o los dejaba aquí siendo yo el que se retira para ver nuevamente un amanecer. El quien se quedara en la habitación lo pasaba por alto mientras no estuviesemos los dos en la misma cama después de tener sexo.

Por ello, ahora mismo era un mar de confusión al no saber porque mi cuerpo y mente me pedían quedarme a lado del chico que estaba a unos centímetros míos. Al despertar me había encontrado con una posición en la cual nunca me había imaginado estar.

El chico estaba abrazado a mi con su rostro enterrado en mi cuello mientras yo sujetaba su cintura entre mis manos.

¿Cómo habíamos terminado así?

Al principio trate de asimilarlo, después, al comprenderlo, me asusté tanto que me terminé quitando al chico tan apresuradamente que temí despertarlo.

¿Temí?

Otra cosa más a la lista del porque ahora mismo me encontraba tan confundido.
Estaba preocupado.

Me preocupaba el hecho de haber podido despertarle.

Me preocupaba que cada dos por tres se removiera con miedo plasmado en su rostro.

Me preocupaba el que llorara inconscientemente.

El Sol estaba en lo alto desde hace ya bastante tiempo, más no me importo. Mis sirvientes habían entrado ya cinco veces a preguntarme si me encontraba bien o si ya era momento de llevarse al chico. No les contesté. Me limite a verlos severamente para que entendieran que debían retirarse.

Y así lo hicieron.

Me importaba poco el que me hayan visto con confusión e inclusive, se hayan atrevido a verme como si estuviese loco. Ahora mismo lo que acaparaba toda mi atención era aquel chico que dormía pacificamente a centimetros de mí.

Era fascinante saber que algo tan simple como ver a alguien removerse bajo las mantas puede llamar la atención hasta de alguien como yo.

Me removí poco a poco hasta estar tener de espaldas al chico.
Sentado en la orilla de la cama intenté levantarme, más escuche claramente como un sollozo salia de los labios del pequeño y me gire de inmediato a verlo.

Ahí estaba de nuevo. Lloraba por alguna razón que no conocía y me hacia sentir mal.

Me sentía mal por él...

Fue la rabia el sentimiento que invadio todo mi cuerpo al darme cuenta de que me estaba preocupando por alguien más.

La parte consciente y buena que era casi inexistente me dijo que parara y me fuera de ahí.

Corrupting the sweetness. •EunHae•Where stories live. Discover now