II. VIII

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II. VIII

Logan.

Quiero abrazarla, quiero tocarla, quiero besarla.

—¿Estás bien? —me pregunta al notar que la estaba viendo tan fijamente.

Parpadeo rápido y asiento con la cabeza. Quito mis ojos de ella y miro fijamente a la luna. Esto es inefable.

—¿Tú y Jackson son algo? —le pregunté sin mirarla.

—No, creo que no.

—¿Él te gusta?

—¿Por qué me preguntas eso?

—Curiosidad, tal vez.

Se quedó callada y observé por el rabillo del ojo que me miraba fijamente. Su semblante estaba desconcertado y aunque quisiera decirle el por qué, no puedo. La amo secretamente y esa es la verdad.

—Logan... —su voz era suave. Sentí su tacto en mi mano, no la quité. No sé cuánto podré seguir con esto— puedes decirme lo que sea.

¿Y si te digo que estoy enamorado de ti?, ¿y si te digo que en estos momentos el único sonido que quiero escuchar es el sonido de nuestros labios chocando?

—En serio, no es nada.

La miré. Su pálida piel brillaba contra la luna y sus mejillas estaban de un color carmesí. Chica perfecta. Vaya que no me equivoqué en ese término.

Necesito alcohol de inmediato.

Sus dedos acarician mi mano, moviéndolos lentamente. Me da cosquilleos por todo el cuerpo. Esto no es normal. La veo. Ella está absorta en la luna, noto que tiene una mirada triste y me mata la curiosidad qué es lo que le hace estar así.

—Rachel... —ella no me ve pero sé que me está escuchando— perdóname.

Una ligera lágrima sale de su ojo izquierdo.

—¿Por qué? —Sigue sin verme.

—Porque sé que la he cagado contigo —levanto su mano, la acerco a mis labios y beso el dorso de ésta. Un beso suave y lento que me da cosquilleos más fuertes que los anteriores— Sé que fue toda mi culpa, toda —ella voltea a mí y se acerca rozando su trasero contra la piedra. Uno, dos, tres roces hacen que estemos a una distancia peligrosa— ¿Sabes que le dije perfecta a esa perra insensible? Me arrepentí al instante porque me di cuenta de que me imaginaba en su puesto. Y estoy medio borracho en estos momentos. Te digo la verdad.

»Me gustas, Rachel, quizá hasta el grado de estar completamente enamorado de ti. Me gustas demasiado y sé que probablemente ya te olvidaste de mí pero...

Me besó. Sus suaves labios acomodándose perfectamente con los míos. Cerré los ojos mientras suspiraba con placer. Este sentimiento me encantaba. La besé con más energía dándole lujuria al beso. Sostuve sus pálidas mejillas mientras me ponía arriba de ella. Rachel estiraba mi pelo, enrollándolo entre sus dedos. Mi corazón estaba al borde. No sé cuánto puedo soportar sin tener que recorrer cada esquina de su cuerpo sin ropa. Juego con el borde de su camiseta tratando de no subirla en contra de mi voluntad.

Tengo que respetarla.

Tengo que respetarla.

Me repito una y otra vez cuando veo que me empuja lo suficiente como para quitarse la camiseta que hace un segundo anhelaba hacerlo. Su cuerpo era todavía más pálido bajo la ropa. Su sostén era simple pero lo suficientemente sexual como para prenderme. Sus pequeños pechos subían y bajaban en una respiración rápida y me gustó saber que yo ocasioné eso.

No Te Abandonaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora