No sabía ni como me había metido a mi casa y a mi cama. Llegué tan borracho, que cuando desperté, seguía mareado.
—Harry —susurró Klaire, para que abriera los ojos —. Harry, mamá te llama.
—¿Eh? ¿Mamá?—me levante de la cama como un resorte y cuando iba salir de la habitación me di cuenta que estaba completamente desnudo —¡Joder, Klay sal ya!
Me tapé los huevos con una mano, mientras que con la otra agarré las sabanas para enrollarlas en mis caderas. Sólo soltó una risa burlona y se fue de mi habitación, cerrando la puerta tras ella.
Solté el aire que estaba conteniendo y fuí a buscar en mi gaveta un bóxer para ponerme. Me vestí con rapidez y salí de mi cuarto para cepillarme y lavarme la cara. Me vi en el espejo del baño, sintiendo asco por mi cara, que estaba grasienta y hinchada.
Cumplí con mi rutina de aseo y salí en búsqueda de mi mamá, que estaba sentada en el desvaído mueble. Con una cara que nunca le había visto.
—Harry Edward Styles, grandísimo irresponsable e inconsciente ¿Donde cojones estabas? —reprendio mi mamá con la mandíbula encajada y temblorosa —. Te recuerdo que vives bajo mi techo y me importa un bledo que me mantengas, porque vives bajo mis reglas. No pretenderás volver a la hora que te de la gana, sin llamar para avisar y para colmo cayendote de la borrachera. ¿Es que acaso quieres parecerte a tu padre?
»Pensé que eras diferente, Harry. Estoy decepcionada.
—Mamá, lo siento. Pensé en llamarte, pero era demasiado tarde —mentí, tratando de que esa jodida frase no taladrará mi cabeza «¿Es que acaso quieres parecerte a tu padre?» —. Sabes que salgo tarde del trabajo y un compañero estaba cumpliendo años, no era mi intención preocuparte.
Al parecer no quiso seguir discutiendo y alejó su mirada de mí. Quise agregar algo más, pero me callé. No era que quería contarle mi verdad, sino que sentía que debía hacer que me creyera, me sentía inútil si me catalogada igual que al cobarde que me engendró.
Le dije que me arreglaría para llevarla a la clínica, lo que me recordó que no había traído auto por estar cayéndome de la borrachera.
Esperamos a que llegara mi tía para que se quedara con Klaire y pedí un taxi que nos dejara en la clínica.
Al llegar acompañé a mi mamá a el área de terapia, le dije que buscaría mi auto y que volvería por ella.
Busqué mi auto, que tardó en encender porque ya la batería y el arranque estaban dañados y fuí a la clínica. Necesitaba inventarle algo a Dianna, porque ya quería que nos mudáramos. Tenía por lo menos ahorrado para comprar una casa pequeña en un barrio mejor.
La clínica era una institución privada bastante recomendada, mi mamá llevaba controlando su enfermedad allí desde que recibí mis primeros pagos. Lo que mi madre padecía era incurable, pero si se podía controlar y llevar una vida relativamente normal si se era constante en las medicaciones y terapias, por lo que no me parecía nada normal que mi mamá amaneciera algunos días que ni se podía levantar de lo mal que se sentía. La primera vez la traje y la acompañé, ya luego sólo la traía a sus consultas y demás, no era estrictamente necesario compañía.
Caminé hacia la secretaria del doctor en el área de neurología y conversamos acerca de la consulta. Me dijo que tenía que haberme anotado el día anterior a primera hora de la mañana.
—¿Ya hoy no puedo conversar con él? A mi madre le toca sus cuestiones de terapia y...
—Sí, señor, pero el terapeuta y el neurólogo no son lo mismo, ella tiene su cita al otro lado del hospital y es completamente aparte. Sin embargo, puedo anotarlo acá y viene el lunes con ella a consulta ¿le parece? —dijo con amabilidad fingida, cosa que me irritaba más que los maltratadores de animales —. Hoy el doctor esta en el área de emergencia, no pasa consulta los martes, los sábados, ni por supuesto, los domingos.
Sonreí así, bien falso y asentí indicándole que me anotara en la lista. Me alejé del escritorio donde la mujer irritante estaba sentada y marque el botón del ascensor. Esperé unos segundos hasta que abrió sus puertas metálicas con un sonido mecánico. Adentro estaba vacío y lo agradecí —odiaba estar rodeado de tanta gente en un espacio reducido —, pulsando el botón de planta baja.
Antes de que se cerraran las puertas una mano apresurada se metió entre ellas, que se abrieron dándole paso a la elegante mujer, vestida con una falda tubo por encima de las rodillas y una camisa de seda vinotinto haciendo juego con sus labios grueso y delineados.
—Buenos días —murmuró sin mirarme, puesto que entró con la cabeza casi metida en el celular. Me dio la espalda y pulsó el botón de planta baja, sin mirar.
—Buenos días —respondí con la voz ronca y un poco sorprendida.
La mujer dio un respingo y giro su ovalado y pálido rostro en mi dirección, sobre su hombro. En lo que sus ojos chocaron con los míos, alzó las cejas en reconocimiento y yo le regale un sonrisa tímida.
En la primera parte "0,0" publicada coloqué a algunos de los personajes (con fotos) más recurrentes en la historia, por si les interesa.

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Exótico [hs]
FanfictionEstán reclutando hombres hermosos, dignos de revistas de moda... O revistas para mujeres cachondas. Hombres dispuestos a complacer a féminas sedientas, insatisfechas y con apetitos sexuales inimaginables. Harry sabedor de su atractivo físico decide...