—Harry —susurró con lentitud.
—Corinne, que gusto verte —me acerqué con confianza y sembré un beso en su mejilla sin malas intenciones. Conociéndome ahora, desde que comencé a trabajar en Exotic, no me había acercado a otra mujer (que no fuera familia) si no era para follar.
—No sabía que vendrías hoy, ¿Tu mamá tiene terapia? —se había vuelto hacía mí, mirándome directamente, lo que me hizo sentir violento en el acto.
Normalmente no me gustaba que me vieran a los ojos, sentía que invadían mi privacidad y espacio personal. Me eché un poco hacia atrás, recostandome a las paredes del ascensor con despreocupación fingida.
—Sí, justo iba a la cafetería a conseguir algo que comer mientras la espero —sonreí.
—precisamente iba para allá también. Ando urgida de una dosis de cafeína. Salí escopetada de la casa esta mañana y me salte mi taza —se rió de manera suave, incómoda y yo me quedé observándola hasta hacerla ruborizar y apartar la mirada, lo que me hizo tomar un respiró disimulado.
La observé con detenimiento. Corinne era la pediatra de Klaire desde mucho más pequeña. La conocía desde que yo tenía 17 o antes, no recordaba bien. Ella hizo su labor social universitario en un centro hospitalario cerca de nuestro barrio, donde llevé a Klay con unas fiebres altísimas, —desde allí hubo una química tácita que hasta ahora no sabría definir, pero que nos hace sentir incómodo a ambos— sin embargo luego de su labor social y residencia, ella se quedó trabajando en ese hospital varias horas a la semana y el resto en esta clínica.
Corinne era bellísima, dulce, educada y atenta en demasía, —lo que se espera en una pediatra— mas cuando nos conocimos era un adolescente y ella ya estaba tenía una profesión, algo bastante diferente al mundo donde yo habitaba, que había salido del instituto directo a trabajar. Porque, o sea, si, lo admito, me enamoré perdido loco de Corinne Sabbath y quería que Klay estornudara un poco para tener una excusa de verla. Ella nunca me insinuó que yo le gustaba, pero tuvo que darse cuenta que ella a mi sí, porque era condescendiente conmigo y todo se volvía tensión en estado puro cuando nos veíamos. Hasta el sol de hoy esa empática mujer sigue siendo la pediatra de mi hermana y casi que su tía, quienes afianzaron lazos y me dejaron a mi por fuera.
El tintineo del ascensor me sacó de mis cavilaciones y le señalé las puertas abiertas con un humilde gesto al que ella me correspondió con una sonrisa suavisíma. Caminamos en un tenso silencio a la cafetería y fuimos a pedir en la caja. Me entregaron un emparedado y un jugó natural de naranja. Me senté en una mesa apartada y saqué un alka seltzer para la resaca y el malestar estomacal que cargaba. Lo eché en el vaso y dejé que se diluyera y fuera creando burbujas en la bebida.
Observé que Corinne se estaba sentando en otra mesa y la llamé:
—¡Eh! Acompañame, Corinne —dije llamando su atención y la del resto de los comensales que charlaban en voz baja, con el fuerte y agradable olor a café en el ambiente.
Corinne tomó su vaso plástico y se acercó con un aire de cándida timidez, recogiendo un mechón de cabello moreno tras su pequeña oreja. Se sentó frente a mi y me volvió a mirar directamente, lo que me hizo subir una agradable cosquilla desde la base de mi espalda. Tenia unos ojos expresivos, con unos iris cristalinos color miel.
—Estas cambiado. No te veía desde la última consulta de Klaire, que por cierto, fue hace dos meses —. Me lanzó una ligera mirada de reproche —, ya le toca una revisión.
—Empecé a trabajar y de verdad no he tenido tiempo —dije en voz baja, tomandome el jugo de un gran trago —. Con las cosas de la casa, ayudar a Klay con la tarea y también a mi mamá, casi no tengo chance de nada.
—Vaya, pues... Puedo pasar de vez en cuando a echarte una mano con Klaire, sabes que le tengo mucho cariño y... —se calló de forma abrupta, sonrojándose —Disculpa mi atrevimiento, no quise ser entrometida, sólo... Sólo como suenas muy cansado yo-yo pensé que...
—Eh, tranquila de verdad, si quieres ayudarme con Klaire pues bien, ¿No? —concedí, para sacarla de su apuro —. Mi tía se acerca a echarnos una mano, sin embargo no todo el tiempo. Estuve pensando en contratar a alguien que me ayudara en casa.
—Yo podría ayudarte y no sería necesario que me pagaras —se encogió de hombros tomando un sorbo cuidadoso de su café humeante —Pero supongo que necesitas una persona que te ayude y este a tu disposición, ya sabes que yo no tengo tiempo de sobra.
—No, tranquila, de verdad voy a contratar a alguien, de preferencia mujer, para que Klaire y mi mamá se sientan cómodas.
—Conozco a una chica que de seguro le interesa el trabajo. Ya tiene un par de meses de paro y este trabajo seguro le agradará.
Le dediqué una sonrisa sincera, de verdad que mujer más dulce como esa no conocía. —Muchas gracias, Corinne.
—Te enviaré el número adjunto en un mensaje.
Intercambiamos de número y me envió el contacto de la chica a la que posiblemente contrataría. Estuvimos conversando hasta que se hizo la hora de ella volver a consultar. Espere a mi mamá y nos fuimos a casa. Otro día de trabajo me esperaba.
AJAAAA...
LO PROMETIDO ES DEUDA. EXOTIC VOLVIÓ NENAS Y BUENO, CREO QUE PARA QUEDARSE Y AHORA SI, TERMINARLA. Cuénteme qué les pareció este cap, que pito toca Corinne en esta novela, ustedes díganme????

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Exótico [hs]
Fiksi PenggemarEstán reclutando hombres hermosos, dignos de revistas de moda... O revistas para mujeres cachondas. Hombres dispuestos a complacer a féminas sedientas, insatisfechas y con apetitos sexuales inimaginables. Harry sabedor de su atractivo físico decide...