°THE MEMORIES IN THE LETTERS° (Paperhat)

_Viernes_

Flug se encontraba tranquilamente revisando el catalogo, ya había eliminado a la cosa rastrera.

Había de admitir que la extrañaba, vale, sí, pero tenía una extraña satisfacción de saber que ya no hablaría de su jefecito, esa satisfacción ganaba por sobre la culpa, y podría vivir con ello.

5.0.5 llegó a avisarle en su laboratorio había un cliente, obviamente de otra dimensión, a lo que el chico solo asintió y agradeció para despues ir a su laboratorio. (Una habitación :v)

Bill Cipher se encontraba inspeccionando con la mirada los inventos ya terminados, y los que aún seguían en proceso, a un lado del rubio se encontraba un castaño mirando todo con brillo en los ojos.

Flug los reconoció, se irritó un poco por el castaño, pero decidió ignorar eso, mientras no viniera siendo violento, podría soportarlo.

-Buen día señor Cipher, ¿En qué se le puede atender?

-Buen día joven Slys, lo siento por lo de tu jefe, y deseo lo que sea que desee este castaño de aquí.

El castaño solo lo miró muy emocionado.

-¡¿Enserio?!

-Sí, pero no hagas malas compras.

-Te aseguro que no.

Flug se empalagó ante la muestra de cariño, le pareció asqueroso, pero no lo demostraría ¿Por qué? Sencillo, la venta.

-Puede...

Guardó silencio unos segundos.

-Mirar y escoger libremente, joven.

El castaño solo sonrió.

-Llamame Dipper.

-Sí, como sea.

Dipper comenzó a mirar los inventos, y tomó uno.

-¿Este que hace?

-Encoge y agranda cosas.

Lo dejó en su lugar y tomó otro.

-¿Este?

-Dispositivo anti-gravitacional.

-Lo tomo.

Tomó otro.

-¿Este?

-Es un rayo letal, hace sufrir al enemigo antes de asesinarlo.

Antes de que el castaño lo dejara, el rubio habló.

-Lo llevo.

Entonces el castaño miró una flor.

-¿Eso qué es?

-Es una Natura repulsa, transforma el afecto en disgusto.

-Lo llevo.

Y así estuvieron durante aproximadamente 3 horas.

-Bien, ¿Cuenta?

-10,500,403 Dólares.

-¿Efectivo?

-Sí.

El rubio en solo un chasquido apareció 5 maletines.

-Fue un placer hacer negocios con usted, señor.

-Lo mismo digo, doctor.

Y cruzó el portal.

Flug guardó el dinero y se dirigió a su habitación a escribir la ultima carta.