Jaeno tenia muchos vecinos pero su favorito era Dongyoung, o como él lo llamaba Doyoung.
La madre de Jaeno también amaba a Doyoung, por lo que el anterior nombrado casi siempre estaba en la casa vecina.
Él también notó el cambio de Jaeno, de hecho, fué el primero en hacerlo.
Pasaron los días y el pequeño de los Lee iba a peor.
Y Doyoung no permitiría que el menor continuara sufriendo en silencio.— Jaeno, tenemos que hablar — Susurró Doyoung entrando a la habitación de Jaeno.
— Hyung, estoy ocupado — El mayor negó mientras cerraba la puerta.
— ¿Que te ocurre, pequeño? Quiero ayudarte —
Jaeno no puedo contenerlo más y comenzó a llorar. Pero pronto unos brazos lo rodearon.
Eso le hizo comprender que no estaba solo, que podía confiar en aquel chico, porque Doyoung jamás lo abandonaría.