Jaemin empezó a estar confuso.
Desde que vio lo enfadado que estaba Jaeno cuando pegaron a Renjun comenzó a tener celos del pequeño chino.
Renjun le habia quitado su puesto en la vida de Jaeno.
— Creo que me gusta Jaeno — Susurró Jaemin mientras Mark y él desayunaban en una cafeteria cercana a la casa del menor. — Promete que no le dirás nada —
Mark y Jaemin se volvieron como hermanos, y Na pensó que debía decirselo. No podía haber secretos entre ellos.
— No le diré nada, lo harás tu —