Renjun lloraba sentado en el regazo de Yukhei.
El menor de ambos tenía la ceja partida y el labio lleno de sangre.
— Los mataré a todos — Susurró Jaeno enfadado mientras Jaemin lo abrazaba por la espalda.
— Tranquilo, Yukhei se encargará de eso —
Mark simplemente miraba a Renjun y se odiaba a si mismo por no haber podido hacer nada.
— No llores mas, RenRen, estoy aquí — Susurró Yukhei.
— N-no quiero retrasarte, puedes irte si quieres — Tartamudeó Renjun y Yukhei río.
— No me retrasas bebé —
Los tres chicos escondidos detrás del coche pudieron admirar el notable sonrojo de Renjun, quien comenzó a sonreír como un bobo.
— Jaeno no aparece, ¿y si te acompaño a casa? —