Había pasado un día desde que Jaeno habló con Doyoung y al azabache se le veía mas alegre.
Jaemin, su mejor amigo, también estaba mas alegre al ver a Jaeno mejor.
— Jaeno, ¿podemos hablar? — Sonrió el castaño.
El nombrado no podia negar hablar con el menor, y asintió.
— ¿Qué te ocurría? — El mayor desvío la mirada avergonzado.
Jaeno no dejaba de recordar las sabias palabras de Doyoung.
"Jamás podrás saber que pasará si no lo intentas, dile lo que sientes"
— Doyoung tiene razón — Susurró y por suerte el menor no lo escuchó. — Jaemin, tengo que contarte una cosa —
