Narrado en 3°Persona.
Hoy ya es miércoles, ayer Penélope salió del hospital a las 9:00 de la mañana.
Ella se levanta se baña, se viste con un jeans negro, una blusa azul pegada a su cintura y una zapatillas Nike de cuero negro, por encima se coloca un abrigo fino, porque está un poco fresco, agarra sus cosas y se va a la universidad.
Cuando deja su coche en el aparcamiento y esta por dirigirse adentro, lo ve a el, con su figura perfecta su pelo desparramado como siempre, vestía una remera blanca por debajo de una camisa gris y vaquero negro junto a unos zapatos de cuero negro sencillos, se encuentra parado del otro lado de la calle empedrada, con sus manos en los bolsillos del vaquero, ella siente palomitas revoloteando en su vientre, no sabe porqué, pero se siente feliz de verlo, Uriel saca una de sus manos del bolsillo, hace una seña para que vaya donde el, ella va a ver que quiere y a saludarlo por supuesto, ¿como iba a perderse su llamado?.
Llega y el rodea su cintura con sus brazos fuertes, ella siente que en su vientre vinieron mas palomitas a hacer alboroto.-Quieres dar un paseo?- pregunta Uriel y con una sonrisa sin mostrar sus dientes, teniendo a una mujer tan bella como lo es ella, le ponía nervioso.
- Bueno.- dice ella tambien nerviosa por dar un paseo con el hombre perfecto.El toma una de sus manos y se adentran en el bosque, las manos de ella eran tan suaves como terciopelo, y tocarla le hacia sentir no dejarla ir jamás. Pero debía hacerlo, el la amaba y no quería poner en riesgo su vida. Penélope con unos nervios de sentir sus manos suaves como terciopelo, no quería soltarlo jamás.
Pero no se imaginaba lo que iba a pasar entre ellos.
Llegaron a dos metros mas o menos dentro del bosque y se sueltan las manos, el se pone serio y ella no entiende porque lo hace. Penélope siente que su corazon empieza a latir a mil por horas. Uriel le da la espalda y habla.- Penélope, no está bien que seamos amigos.- el se da vuelta hacia ella y agacha su cabeza pensando en si debía decirle o no, pero sabe muy bien que tenía que hacerlo.
se miran fijamente y dentro de ella su corazón se desbocó, sintió un leve dolor.
- Porque Uriel?- apenas puede hablar por el nudo que se le formo en la garganta.
- Porque...- hace una pausa- porque yo...- no se anima decirle, el dolor que el siente de dejarla lo mataría en vida.
- Porque???!!!- pregunta ella desconcertada de su repentina decisión y su corazón desbocado.
- Porque estoy...- hace una pausa, cierra los ojos- Comprometido- lo dijo en susurros y sintió que su vida terminaba.
Ella siente como sus ojos se llenan de lágrima y estas comienzan a rodar por sus mejilla.
Trata de calmarse y con lágrimas en los ojos pregunta.- Porque no me lo dijiste antes? - todavía entre llantos.- Porque no me dejaste ahí tirada a la orilla del lago para que muriera? Así te ahorrabas esto.
Sus palabras a Uriel le dolieron. Pero le dolía mas dejarla, ella es su vida,es todo para el así como lo es el para ella.
En tan pocos días se amaron incondicionalmente sin decirse nada, para ahora ¿separarse.?- Penélope,- dice mientras miraba al vacío por encima de ella y esbozando una sonrisa sarcástica , luego la miro fijamente y su rostro se volvio serio.- ¿ Crees que iba a dejarte morir?
- Seria lo mejor.
- Eso decís ahora- desvía su mirada- me tengo que ir, pórtate lo mejor que puedas, Adiós.Narrado en 1°Persona
En mi pecho crecio el dolor que sentía, lo vi alejarse, no podía hacer mas que llorar, ¿Como pude amarlo en tan pocos días?. Que tonta fui en pensar que entre nosotros podría pasar algo más.
En ese momento un ruido de hojas me saca de mis pensamientos, seco mis lágrimas con las manos y me quedo inmóvil, ese ruido vuelve y de repente, el miedo se apodera de mi, veo un lobo blanco gigante salir de entre los árboles, medía mas o menos casi dos metros de alto y un 2, 50 de largo. Se acerca a mi, yo retrosedo un paso atrás, estaba en estado de shock, me preparo para ser su comida, cierro mis ojos esperando a que me atacara, si tenía que morir lo iba a hacer sin importar nada, total el se fue, no podía pronunciar su nombre, el dolor que sentía era horrible. Abro mis ojos y veo a ese animal echado en mi frente mirándome como si estubiera preocupado por mi, es un animal, no puede preocuparse. Me muevo lentamente sin sacar mi vista de su rostro y me siento en un árbol que estaba caído en el suelo, a un metro del lobo blanco.
El se para, se aleja un poco y luego gruñe como si estuviera por atacar y se convierte en:- Mirco- digo sorprendida y en susurros, se acerca y se sienta a mi lado.
- Que haces?- Me mira con el seño fruncido, yo aún sorprendida no podía articular palabras.- Bueno ya se, el se fue.- Su comentario me hizo sentir dolor otra vez, me recordo a el.
- Como lo sabes?- pregunto confundida.
- Estaba echado por allí.- Apuntó con el dedo índice el lugar de donde salió.
- Ahora lo entiendo.
- El no es bueno para vos, es una persona extraña, esta bien que se haya ido.- Dice mirando al frente y pensativo.
- Porque extraño?
- Penélope, vos no sabes quien es el realmente, se fue por una sola razón.
- Si porque está comprometido- Agrego dolida.
- Comprometido- Su expresión era de enojo.- Si...esta comprometido, pero con un secreto que no puede revelarse a los humanos.
- Humanos?- pregunto muy confusa y frunciendo el seño.
- No puedo decírtelo.
- Tenés que hacerlo- le ordeno.
- Para que? - me mira seriamente y en sus ojos se refleja la ira.- No es mío.!
- Puede que no lo sea...pero necesito saber para tener las cosas claras!- Me estaba enojando.
Pensó unos instante.
- Esta bien- me volvió a mirar y luego agacho su cabeza.- A Uriel y a toda su familia, nosotros los licántropos los llamamos los fríos.
Quedo pensando en eso de los fríos. Luego me acordé que había leído algo sobre los fríos.
- Vampiros- digo depositando mi vista en el suelo.
- Si...Vampiros- Dice mirándome.El hombre de quien me enamoré resultó ser un Vampiro.
Ahora entiendo porque su piel era fría, blanca y sus ojos cambiaban de color cuando se acercaba mucho a mi.- Conoces bien a su familia?- Pregunto al acordarme de Gimena.
- Si, Su hermana es tu a-mi-gui-ta.- contesta mirando al suelo con expresión airada.
- Ya me di cuenta...- estoy pensativa.- hay más de ustedes y de ellos?
- Si, nosotros somos 10, ellos son una cantidad. Pero de toda su especie son los únicos que viven por estos lados.
- Matan persona.
- No. No lo hacen, se alimentan unicamente de animales, son civilizados.- piensa, suspira y prosigue- ellos firmaron un tratado con los licántropos de dejar a los humanos en páz.
- Como pueden contenerse.
- Lo hacen- deposita su mirada en mi y yo en el.- es mejor así.
Los dos nos levantamos. El se transforma en un hermoso lobo blanco y se pierde por el bosque. Yo vuelvo al aparcamiento, tomo mi coche y desaparezco de regreso a la casa. Dolida por el, pensativa por lo de Mirco y todo lo que me contó hacerca de los Montenegro. Llego y mi tia no está, claro eran las 10 del día, abro la puerta con la llave que esta en una plantera, subo a mi habitación, dejo mis cosas, bajo, preparo el almuerzo. Frito milanesas de pollo, con arroz, ensalada de lechuga y tomate. Almuerzo y guardo para mi tia en la heladera. Me doy un baño, me visto con un vaquero a media pierna, me pongo la misma blusa azul que llevaba puesta, me dejo el pelo suelto, me acuesto, me tapo, y entre pensar y pensar en lo mismo me quedo dormida.
ESTÁS LEYENDO
Sed, Amor Y Pasión
VampirePenélope, se muda de su provincia natal a otra provincia del Sur de Argentina, cuyo nombre es Neuquén, allí un lugar frio Conocerá a Uriel un joven que ella lo considerará extraño, pero la sorpresa que se llevará cuando el le confiese toda la verdad...