Ya pasaron dos semanas desde que estoy acá. Los rayos del sol que alumbra entran por mi ventana y me despiertan, hoy por ser sábado voy a estar mucho rato en la bañera.
Después de haberme bañado me visto con un jeans azul y una camisa verde oscuro con mangas largas, justo al cuerpo, me pongo mis chatitas negras de zuela plana y bajo a desayunar. El día está caluroso, y eso me sorprende en un lugar que es prácticamente frio, bueno, en fin, estamos en verano.
Mi tia está en la cocina preparando chocolatada con cereales para el desayuno.- Buen día tia,- le doy un casto beso en la mejilla.
- Buenos días cariño,- contesta entre sonrisas,- Como amaneciste?
- Bien, no está frio.- digo mirando el sol por la ventana de la cocina.
- Mañana tambien va a estar así, según el pronóstico- agrega con indiferencia.
Mientras desayunamos hay un momento donde nos quedamos calladas, ella rompe el silencio.
- No te quedaste de ver con nadie hoy?- me pregunta con curiosidad. Tal vez cree que hay alguien que me gusta y no se lo quiero contar.
- No, solo tengo una amiga, ella y su familia suelen salir a acampar los fines de semana.- ella sonrie..
- Menos mal conociste a alguien.- hace una pausa y agrega- Mirco? Lo viste en la universidad?- pregunta sonriente.
- Sii...esta muy cambiado.- esbozo una leve sonrisa.
- Te gusta?
- Hay tia...noo para nada..- Me largo a reír.
- Esta bien..no dije nada...- se une a mis risas.
- No te preocupes tia.
- Bueno cielo, tengo que irme, me quede de ver en una reunión con los docentes hoy...Vamos a celebrar el cumpleaños de una compañera y tengo que ir para ayudar a decorar. Nos vemos a la noche.- asiento y me da un casto beso en la frente luego se va.
No sabia que hacer sola y encerrada, se me vino en la mente la idea de llamar a Mirco para que venga a acompañarme y a tomar algunos mates conmigo, pero después descarté esa idea, no sea cosa que se vuelva muy pegote.El mate, es una infusión que se prepara con hojas de yerba mate triturada y se sirve con agua caliente, se puede agregar azúcar, si es que se tiene lombriz o amargo si es q no sos mucho del dulce, aunque dulce es mucho mas rico y podes acompañarlo con masitas dulces, facturas o chipitas de almidón, como quieras. En mi caso la chipita. El mate es el mejor acompañante para las mañanas.
Después de haber descartado la idea de llamar a Mirco, decido dar un paseo por el bosque. Me adentro en en su interior y todo es tan bonito, todo tan verde, los árboles altos que adornan el pie de la montaña, mientras camino disfrutando y observando lo bello que es, no me doy cuenta de que me estoy alejando demaciado, en eso veo un lago hermoso,los rayos del sol descansaban en su superficie, me paro a la orilla a observar lo bello que es todo, y no me percato de que a mi lado había una cascabel asechandome como a una presa, siento el morder y sus fríos colmillos perforar mi piel, un dolor, un grito desgarrador sale de mi garganta, en ese momento empiezo a sentirme débil, no podía seguir parada, cuando menos me doy cuenta me encuentro en el suelo a la orilla del lago, siento el peroné de mi pierna izquierda arder el doble que puede una quemadura, mientras ese animal extrae sus colmillos de mi.
Cuando estoy a punto de desvanecer por completo, algo o alguien me carga en brazos, apenas pude ver su rostro, era como un angel, tan bonito, tan perfecto ,sus ojos, que extraño, tenía los mismos que Gimena, la única amiga en la universidad.
Mientras salia del bosque conmigo en brazos, no aguanté y me desmayé.Cuando despierto, estoy en el hospital, y mi tia a mi lado, se veía muy preocupada, quería salirme, pero cuando intento mover mi brazo siento el pinchazo de la aguja y veo el tubo de suero que bajaba hacia mi.
- Tranquila cielo...estoy acá...- Su expresión era de preocupación, veo lágrimas en sus ojos negros.
- Crei que ya estaba muerta...- mi vos salio en susurros.
- Penélope...dime...- Iso una pausa, agregó- Que hacias sola merodeando por el bosque?- se la veía preocupada, y no era para menos.
- Solo quería conocer y...no me di cuenta de que me alejé mucho...lo siento.- Me disculpo.En eso veo a alguien parado junto a la puerta, se que lo había visto en alguna parte, pero no me acordaba.Llevaba una camisa celeste oscuro que caía encima de la cintura de su jeans azul marino. Mi tia mira a la dirección donde se posaron mis ojos, el me miraba tan fijamente que sus ojos negros penetraban en mi y yo no podía apartar mi vista de su rostro perfecto blanco como la nieve, sus labios carnosos y de un leve bordó, su pelo castaño corto y algo desparramado. ¿Podía existir alguien con una belleza, podría decirlo, sobrenatural? Porque nunca había visto alguien así de bello como un angel caído.
Hago un esfuerzo y aparto mi vista de el. Miro a mi tia.- Mi amor, el es el hijo del profesor Montenegro, fue él que te encontró en el bosque...- esbozó una sonrisa cariñosa.- Les dejo a solas para que hablen.
- Bueno tia- Le dedico una pequeña sonrisa, sale y cierra la puerta.El se acerca, y me dedica una sonrisa simpática.
- Hola...- sonríe sin mostrar sus dientes, prosigue con una expresión de comprensión-Como te sentis?- su mirada fija en mi rostro me hace estremecer.
- Bien...creo...- suspiro- Gracias.- Lo miro y veo que sus ojos cambian a un café dorado e intenta esconderlos de mi, eso me hizo recordar a Gimena. Son tan extraños.
- No te preocupes, no es nada- me dedica una sonrisa entre dientes, suspira, y agrega- No deberías andar sola por el bosque, es muy peligroso.- Da otro suspiro y su rostro se vuelve serio- Aparte de animales, hay otros peores tipos de peligros- Agacha su cabeza pensativo-
- Que cosa aparte de animales?- le pregunto curiosa, tambien un poco desconcertada, que otra cosa podía ser peor que la mordedura de una serpiente?
- No se que clase de persona pone en riesgo su vida.- Por lo visto no tomó en cuenta mi pregunta.
- Solo quería conocer...- Ise una pausa y luego seguí- y me sentí tan a gusto bajo el sol.- Me volvio a mirar fijamente durante unos segundos con sus penetrantes ojos negros. Ahora eran negros. Sonrió amablemente y dijo:
- Que vergüenza...no me presenté...- hablaba mientras sonreía con esa sonrisa perfecta, sus diente blancos y tambien perfectos.- Soy Uriel Montenegro...-Hay Dios esa sonrisa😍. Rosa sus dedos en mi mano izquierda donde tengo el suero, dedos fríos como un hielo, pero a la vez suaves que me hacen estremecer, erizar mi piel y sentir cosquillitas en mi estómago.
- Penélope - en ese momento sentí calor en mi rostro y me di cuenta de que me puse colorada suspiro y en susurros- Mendez.
- Lindo nombre- esboza una sonrisa pícara, me guiña un ojo, mas roja de lo que estoy no podría estar. Le devuelvo la sonrisa con un poco de vergüenza y un revoloteo de maripositas dentro de mi.
Enseguida su rostro se vuelve serio.- Alguien desea verte.- su expresión es fría.
En eso veo a Mirco entrar por la puerta, llevaba una remera color canela, junto a un jeans negro, los dos se miran como dos cables pelados, Uriel se retira rápidamente.
- Y?...- rie entre dientes, mientras se sienta recostandose sobre el respaldo de la silla- Así que...- hace una pausa colocando su tobillo derecho encima de su rodilla izquierda y prosigue- Cascabel- en su rostro se refleja una expresión de burla.
- No te burles...no es gracioso. - le regaño un poco molesta.
- Lo siento- se disculpa su rostro reflejaba arrepentimiento.
Tengo que sonreírle.
- Esta bien...no pasa nada.- le disculpo aún sonriente.
- No es original que un bicho de ese ande merodeando por estas tierras.-dice serio y pensativo.
- Crees que puede ser propiedad de alguien?- Pregunto algo confusa.
- Si...puede ser...- Iso una pausa,suspiró y luego- En esta época de verano los dueños suelen soltar a sus mascotas, creo estar seguro de quien puede ser ese animal.- Aún pensativo.
- De quién?- Pregunto curiosa, ¿Quien podría tener una víbora de ese tipo como mascota? Eso es totalmente ridículo. En fin.
- Lo averiguaré...después te cuento.- Se levanta me da un beso en la frente- Nos vemos.- Sonrie de lado.
- Dale. - Se va.Entra una enfermera y me dice que el doctor la ordenó que me sedaran para relajarme y evitar infecciones. Me mantuvieron así una semana y media mas o menos. Durante el tiempo que podía tener visitas, Uriel y Mirco estaban conmigo, entre ellos dos no se agradaban. Uriel me dedico mucho tiempo, llego a ser mi mejor acompañante y Mirco averiguó lo de la cascabel, era verdad lo que el sospechaba. Uno de nuestros vecinos era Biólogo, estudiaba las víboras y las criaba. Durante el verano las tenía en su casa y durante el invierno se los llevaba al norte para que no mueran de frio, dice que la cascabel se le había escapado, pero parece que ya la cazó. Eso fué lo que me contó Mirco.
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Sed, Amor Y Pasión
VampirosPenélope, se muda de su provincia natal a otra provincia del Sur de Argentina, cuyo nombre es Neuquén, allí un lugar frio Conocerá a Uriel un joven que ella lo considerará extraño, pero la sorpresa que se llevará cuando el le confiese toda la verdad...