Joel caminó hasta su auto, tomó su celular y tomó un fuerte bocado de aire, la llamada que tenía que hacer lo dejaría estresado.
...
G: ¿Cómo está eso de que no iremos a Escocia, Pimentel? – replicó la chica enojada –
J: Ya te lo expliqué, amor. El estúpido anciano de Arismendi, me está reprobando en la materia, tengo que asesorar a un chico para pasar el curso. – explicó por tercera vez, no era que su novia fuera estúpida, era que quería escuchar otra respuesta que no fuera esa. –
G: Mira, Pimentel, tú prometiste llevarme de vacaciones, así que ni te atrevas a hablarme si no es para decirme que empaque mis maletas. – su voz se subió de tono. –
J: Gloria, ¿Es enserio? Amor, entiende. – la llamada finalizó. – mierda.
...
Joel bufó con desespero y se dio la vuelta, observando a Erick sentado sobre una de las jardineras, la luz del farol reflejado en sus ojos hacía que estos brillaran. - ¿Qué sigues haciendo aquí? – preguntó sacando las llaves.
Erick suspiró y caminó hasta el rizado. – intentó llamar a mi mejor amigo, pero no contesta, quizá me acompañe a casa, ya está muy oscuro. –
Erick y Joel se habían quedado una hora después de clase por el asunto del profesor, sus clases terminaban a las 7:00 PM, y ya eran alrededor de las 9:00 PM. La universidad en su interior se encontraba oscuro, en el estacionamiento solo estaba el auto de Pimentel.
- Sube al auto, puedes llamarle desde el camino. – comentó el ojimarrón entrando al carro.
- No necesito tu lástima. – dijo Erick frunciendo el ceño. – caminaré.
Joel hizo una mueca de desespero, encendió el auto y después del aire acondicionado. – no fue pregunta, iremos a mi casa por unos exámenes y después te llevaré a la tuya. Entre más rápido entiendas los temas, pronto podré ir con mi linda novia a Escocia.
Erick soltó una carcajada dio vuelta al auto y entró, abriendo la ventanilla. - Si sabes que Gloria te busca solo por tu dinero, ¿Verdad?
- No es de tu incumbencia, yo sé la relación que llevo con ella, ella me ama. – aclaró bastante seguro de eso. – me molesta que la gente hable así de ella sin antes conocerla.
Erick no mencionó otra palabra, si Joel no quería quitar esa venda de sus ojos, entonces que se joda. Al fin y al cabo, no era que eso le perjudicara al menor. Llegaron a casa de los Pimentel, Joel bajó del auto, al momento que Erick se disponía a hacer lo mismo, Joel le detuvo. - ¿A dónde crees que vas? – preguntó con su ceja curveada.
Erick dibujó un gesto de confusión en el rostro, creía que la respuesta a esa pregunta era obvia. – Por los exámenes, ¿no?
Joel soltó una breve risa burlona. – no entrarás a mi casa, dime, ¿Qué impresión daría yo si mis padres te vieran dentro? – preguntó mirando de pies a cabeza al ojiverde. – Claramente cuestionarían sobre mis amistades.
El menor entendió ese comentario de menosprecio proveniente de Joel, volvió a tomar asiento y miró por la ventana, evitando mirar al antes mencionado, o esta vez no contendría sus ganas de matarle.
Erick era pobre, claro, y no lo negaba, pero vivía humildemente, si cargaba dinero en sus bolsillos, era porque él los había ganado con trabajo, no se lo había dado su madre o padre, como la mayoría de los "ricos" del colegio.
Joel entró al auto, entregó los exámenes y se puso en marcha, esperando indicaciones del ojiverde. Sin ningún comentario llegaron a casa del menor, Joel se estacionó frente a ella y puso pasadores a las puertas. – No asaltan, ¿cierto? – Erick torció sus ojos y suspiró. – bien, trata de comprender los ejercicios de los exámenes, si no entiendes algo, haz alguna anotación y te lo aclararé mañana. ¿Entendido?
- ¿En dónde nos veremos? – preguntó el ojiverde de una manera cortante.
Joel pensó por un momento, en donde sería apropiado, ningún lugar vino a su cabeza. – no sé, tu pon el lugar.
- ¿Conoces la cafetería "Cherry Smoothie"? Está en el centro de la ciudad. –
- Perfecto, lo pondré en el Google Maps, te veré ahí a las 12 en punto, odio las tardanzas. – advirtió. – si no llegas en cinco minutos, me iré. Ahora, bye, baja del auto.
Erick tensó su mandíbula, en verdad era más insoportable de lo que había imaginado.
En cuanto cerró la puerta del automóvil, Joel echó a andar el motor, saliendo a gran velocidad de ahí. – tan lindo por fuera, tan podrido por dentro. – susurró Erick. Al menos compartía el mismo deseo con Joel, de terminar cuanto antes el asunto y no dirigirle la palabra jamás. Antes de tocar a la puerta su celular sonó, era un número desconocido, estaba llamándole.
...
E: ¿Hola?
Z: Erick, hola, soy yo, Zabdiel, del equipo de Lacrosse.
E: Zabdiel, hola, ¿Cómo conseguiste mi número? – preguntó con curiosidad –
Z: Cobré algunos favores. – rio. - ¿Cómo te fue en la prueba? Dime que te sirvieron mis consejos. Lo siento, si hablo demasiado rápido, es que necesitaba saber si gustabas de salir mañana conmigo.