Rumbo a Uzushiogakure

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"Seguir cuando crees que ya no puedes más, es lo que te hace diferente a los demás"

El viaje de Misato hacia Uzushiogakure no fue nada fácil. Todo comenzó cuando partió de la aldea junto a Itachi y Sasuke que claramente, tomaron diferentes rumbos.

Desde que había partido, Misato pudo sentir la presencia de que alguien la seguía. Al tercer día decidió enfrentar a la presencia. Y allí se reveló un hombre de edad mayor con un porte imponente. La kunoichi pudo decifrar que era un Uzumaki y quizás alguien importante. El hombre se presentó como Haruo Uzumaki, antiguo Consejero de Uzushiogakure.

Luego de la breve presentación, Misato le permitió viajar con ella ya que Haruo le advirtió que después de que Uzushio fuera destruida, algunos hombres poderosos se instalaron en las cercanías pero alejados del mundo y se llevaron con ellos a muchos Uzumaki con una mentira. Les prometieron una vida decente pero fueron engañados y terminaron trabajando para ellos sin otra opción.

Ante esto, Misato sintió el deber de ir a esas aldeas y ayudar a su clan. Afortunadamente, aquellas aldeas quedaban camino a Uzushio y había que pasar por ellas. En su camino, no se encontraron con viajeros.

Simplemente, los dos ninjas continuaron recorriendo el bosque con cuidado. En esos momentos de tranquilidad, Misato pudo apreciar la vida que emanaba naturaleza y la fragilidad que también acarreaba.

Durante la noche, la kunoichi escribió un breve reporte al Hokage para que supiera que estaba bien. Mientras miraba la luna, un recuerdo de la guerra llegó a la mente de Misato e hizo que cerrara los ojos. La guerra había sido muy dura, muchos shinobi murieron aunque tratara de salvarlos.

Misato apretó los puños, no se había dado cuenta que Zetsu Negro había sido el desencadenante de todo. El que manipuló a miles de personas con tal de lograr su cometido. No iba a permitir que ocurriera de nuevo. Finalmente, Misato volvió a mirar a la luna y se preguntó qué estarían haciendo Sasuke e Itachi. Sonrió levemente.

En tres días, llegaron a una aldea y según su apariencia parecía verse muy próspera pero extrañamente, nadie conocía su existencia.

Misato y Haruo se dirigieron directo a las puertas y fueron recibidos de manera no muy cordial. Apenas los vieron, fueron esposados quitándoles cualquier uso de su chakra. Ambos fueron llevados ante el líder supremo según los hombres que custodiaban.

– Así que tú eres la legendaria Misato Senju pero también ¿Uzumaki? – habló un hombre de cabellos castaños – he oído muchas historias sobre ti y tus ambiciones

– Un placer – respondió Misato secamente – ¿y tú eres? – preguntó en el mismo tono que él

– Lord Hitoshi, rey y gobernador de estas tierras – se presentó prepotente – por favor, quítenles las esposas, son mis invitados – sonrió falsamente

Sin más, Haruo y Misato fueron llevados a cenar a un banquete. Antes de siquiera comer, Misato analizó si la comida contenía algún veneno y luego de dar el visto bueno, cenó junto a Haruo.

– ¿Cómo es que encontraron este pueblo? – preguntó Hitoshi bebiendo de su té

– Estamos recorriendo el mundo, y lo encontramos – respondió Misato con cortesía

– Ah, qué interesante

Ya en sus habitaciones, Misato decidió utilizar su Ojo de la Mente de Kagura para ver el pueblo y allí pudo ver a mucha gente instalada en espacios precarios mientras que la fortaleza donde vivía Hitoshi era muy lujosa. Claramente, estaba jugando con la vida de las personas así que lo comprobaría hablando con ellos.

Crónicas de una kunoichi: UzushiogakureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora