La Invasión

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"La peor experiencia es la mejor maestra"

Misato Senju observó el cielo nocturno iluminado tenuemente por la luz de la luna. Algunas veces la luna le daba escalofríos rememorando los sucesos de una guerra pasada. Ella cerró los ojos apreciando la tranquilidad de la naturaleza.

Si había algo que añoraba de vez en cuando era la tranquilidad que claramente no tenía demasiado. Quizás por sus deberes como Uzukage y otras ocasiones por su hijo.

Al día siguiente, Misato se despertó de buen humor y cuando alimentó y despidió de su hijo Shisui, se dirigió a realizar sus deberes de Uzukage. Por supuesto, tales deberes incluían muchas firmas de contratos de misiones de todo tipo, acuerdos comerciales y solicitudes de los habitantes. Y también el recorrido en la aldea para asegurarse del bienestar de civiles y shinobi y samurai.

El día transcurrió normalmente e incluso Misato no tuvo que firmar tantos informes. También estaba feliz de haber promocionado una nueva generación de ninjas de la Academia. Ahora irían con sus sensei; y Misato recordó a su antiguo equipo con una sonrisa.

De repente, Misato sintió un rastro de chakra maligno casi imperceptible en la fortaleza. Saludó con una leve sonrisa a quienes la saludaban a su paso. Y preocupada se dirigió allí y caminó por los pasillos a paso moderado. Llegó a una habitación de reuniones y percibió aquel rastro de chakra allí y luego se esfumó velozmente. Misato frunció el ceño, algo estaba mal y lo sentía.

Sin más, la kunoichi se dirigió caminando rápidamente por la fortaleza sin prestar atención a las personas y solo enfocada en el siguiente rastro de chakra maligno. Descubrió que la firma de chakra en su totalidad estaba ahora en su oficina. Abrió la puerta bruscamente y se quedó quieta al ver a la persona.

— Vaya, por fin tengo el placer de conocerla, Uzukage-sama — saludó burlonamente una figura encapuchada

— ¿Y con quién tengo el placer de hablar? — respondió Misato

— En breve sabrás mi presencia, mi lady — sonrió la figura — por cierto, tienes un hermoso hijo — sonrió aún más y Misato entrecerró los ojos

De repente, Misato avanzó dando un salto sobre el escritorio y dándole un puñetazo en el pecho a la figura encapuchada. La persona se quedó sin aire y salió volando por la ventana más alta de la fortaleza. Los ciudadanos gritaron sobresaltados al ver a alguien caer de la ventana.

Misato observó desde la altura y vio que la figura había desaparecido.

En ese momento, Misato escuchó alaridos de pánico en la entrada de la aldea.

— ¡Lady Uzukage! ¡La aldea está bajo ataque! — gritó un shinobi apareciendo en su oficina

— ¿Han podido identificar de quién se trata?

La pregunta no necesitó respuesta ya que dos Susanoo violeta y rojo aparecieron en la distancia destruyendo los muros de la aldea y por consecuente algunos edificios. Misato amplió los ojos al reconocerlos. Sasuke e Itachi.

La kunoichi salió corriendo hacia su habitación y se quitó su kimono de Uzukage. Al instante se colocó su antiguo traje shinobi y la capa de Uzukage. Fijó su mirada en dos kunoichi que la miraban atentamente.

— Protejan a mi hijo — ordenó Misato invocando la espada del Dios Trueno — y avísenle a los chunin para que evacúen la aldea y lleven a todos los civiles a la gran montaña

— ¡Lady Misato! —exclamó Haruo llegando a tiempo

— Haruo, protege a los genin y llévalos a la gran montaña, no tienen permitido pelear — continuó Misato — y llama a todos los jounin y anbu para que protejan la aldea, los samurai que averiguen quién está detrás de esto, y si ven a Tadao dile que busque a Sakura Haruno y sea llevada a la gran montaña y vigilada — sentenció Misato con rostro serio

Crónicas de una kunoichi: UzushiogakureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora