Prólogo

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Observé a Olivia, estaba asustada y llorando en el pasillo. Tapaba sus oídos y temblaba, sentada, contra la pared. Fue cuando entendí que debíamos parar. Le hice una seña con la mano a Richard para que parara de gritar y señalé a Olivia.

-Ya no quiero continuar con esto-Dije. Richard miró a Olivia y de nuevo me miró, seguía demasiado enojado, pero pronto suspiró tenso y se dejó caer en el sofá. Se limpió el rostro y lo hundió en sus manos.

-Si quieres vete, pero no te la llevarás- dijo con la voz ronca. Mi expresión se tornó molesta.

-No podrás mantenerla, ella debe estar con su madre-

-¡No quiero verla cerca de tu amante, mujer!.-Me miró con una expresión en su rostro que desconocía en él- Tú vete con él. Olvidanos y vive de sus riquezas, a ver si puedes llenarte- Elevó un poco la voz pero sin gritar.

-Quiero que mi hija esté conmigo, no puedes alejarme de ella por...-

-¡No!- Su grito me interrumpió. Se levantó furioso -Te vas a ir, pero a mi hija no te la llevas. Hubieras pensado en ella antes de acostarte con aquel viejo baboso. Ahora pierdete y no vuelvas a aparecer ¿Entiendes?- Amenazó

El nudo en mi garganta pronto apareció. Miré con tristeza sus ojos, si entendía que le duela también a él. Corrí el rostro y vi que Olivia me miraba.

-Bien...-Lo dije tan bajo que no supe si me había escuchado.-...dejame despedirme- Richard asintió pesadamente y volvió al sofá.

Me acerqué a Olivia. Cuidadosamente la abracé y ella me abrazó más fuerte.

Mi niña, tan pequeña, a penas tiene 4 años. Fue culpa mía haberla "dado a luz" siendo yo tan joven, fui irresponsable y entendía bien mis errores. La aparté un poco y la miré.

-Oli...-comencé a decir con un gran esfuerzo para que mi voz no quebrara-...Mamá tiene que hacer un viaje ¿Sí? pero verás que muy pronto vendré a verte...Papá dijo que mañana te llevará al parque - Voltee a ver a Richard que observaba serio. Pronto volví a mirar a Olivia- ¿Quieres ir al parque con papá?-Pregunté y Olivia asintió- Muy bien...Quiero que no comas muchos dulces y le hagas caso a papá ¿está bien?-Olivia asintió de nuevo- Dale un abrazo a mamá, bien fuerte para llevarlo conmigo- Oli me abrazó y sentía lo fuerte que latía su corazón. Las lágrimas recorrían mis mejillas.

-¿No pelearan más con papá?- preguntó Olivia por lo bajo cerca de mi oído.

-No cariño, ya mamá y papá arreglamos las cosas- Sonreí- Te amo mucho tesoro-Me costaba ya hablar y Oli me abrazó más fuerte.

Recosté a Olivia en su cama en cuanto se durmió, la cubrí bien y luego me despedí con un beso en su frente. Pasé por el comedor y Richard se encontraba aún ahí.

-Cuida bien de ella- Dije mientras me dirigí lentamente a la puerta.

-¿Eso significa que no regresarás?- preguntó indiferente

-¿No es lo que quieres?-pregunté con tono frío y sin voltear

-Creí que harías que tú viejito me quitara la tenencia- rió con desprecio.

-Amo a mi hija y no quiero que sufra. A su debido tiempo volveré.-Está vez lo miré y su mirada no reflejaba preocupación.

-Bien- dijo fríamente y caminó hacia la cocina.

Salí de ahí e inmediatamente llamé a Orlando. Limpié mis lágrimas mientras lo esperaba en la esquina, pero me era difícil contenerlas. La verdad es que a Orlando no le importa Olivia. Iba a aceptarla siempre y cuando Richard se negara a tenerla, pero Orlando no haría nada para que esté con mi hija. Por otro lado sé que Richard ama a Olivia, aunque me preocupa el "qué pasará".

Temo por el futuro de Olivia, y porque posiblemente no esté a su lado. Soy una pésima madre... Richard tiene razón.

Me tomé un tiempo para reflexionar en silencio. Pensar en lo que estaba haciendo con mi vida.

Iba a comenzar de nuevo con Orlando y quizás algún día, el destino me compadezca y vuelva a ver a mi hija.

~Richard~

En un instante. Sólo en un instante mi vida se fue al carajo...

Sentía demasiado odio en el cuerpo. La mujer de mi vida, el amor que yo juraba era ella, se había ido con un viejo rico. Abandonó a su familia. Tenía tantas ganas de romperlo todo, pero me controlé, por Olivia. No quiero despertarla, mi pequeña no tiene la culpa. Respiré un poco más lento y comencé a caminar por la cocina tratando de distraerme. Monika tiene la culpa, toda la culpa.

Fui por una bebida al refrigerador y me dirigí a mi habitación aún intranquilo. En el camino me detuve al ver a Olivia dormir en su cama. Mi pequeña princesa... Iba a criarla solo de ahora en más. Crecería sin su madre...Ni siquiera sabía que demonios hacer para criarla.

Cómo es posible que nos haya abandonado. ¿A caso no le di yo todo lo que tenía?. ¿A caso no hice lo imposible porque estuviéramos juntos?. ¡Por esta casa. Por tener a nuestra niña!.

No entiendo como pudo fijarse en aquel hombre, cuando yo le di todo. Si hubiera sido un hombre joven quizás podría entenderlo, ¿Pero un jobato? ¿Un viejo que se cae muerto?. Nunca creí que ella fuera este tipo de mujer...Que corre detrás de una billetera llena. No, no creí que mi Monika pudiera hacernos esto.

Ya no entendía si la estaba odiando a ella o aquel viejo. Ya no entendía nada. ¿Qué iba a hacer? ¿Que haría por mi niña? Yo...Olivia. Sentí como de pronto se alumbró mi mente. Una cosa si tenía en mente para ella. Sí...

Olivia será una niña de bien. Será el orgullo de su padre. La formaré como una mujer y tendrá un futuro espléndido para ambos. Su madre, su madre pagará por esto. Por serme infiel, por destruir cada uno de mis sueños y por abandonar todo por lo que luché. Sentí de nuevo la ira recorrer mi cuerpo pero me obligué a tranquilizarme.

Su madre va a sufrir cada una de las joyas que posea. Va a verme riendo cuando toda su vida caiga en mil pedazos. No permitiré que yo sea el único que sufra en la historia que compartimos. Cuando me obligue a ya no amarla, ahí será cuando podré herirla de está misma forma.

Sí... Suspiré y sonreí. Miré un momento a Olivia y sonreí aún más.

-Dulces sueños, Oli. Mañana va a ser el comienzo de tu nueva vida pequeña...-

Los Juegos Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora