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~Matt~

Hoy el sol estaba más radiante que nunca. Mientras regresaba a la posada, luego de ir por las compras, vi que la Nona estaba en su mecedora en el balcón. La salude con la mano pero ella mantenía su mirada fija en el cielo, de seguro perdida en sus pensamientos.
Entré y vi a Elena tomando su saco, lista para salir.

-¿Saldrás?- pregunté obvio y ella sólo me miro. Deje las bolsas sobre la mesa.

-Sí- dijo- Tengo entregas para los hermanos Le-e- la miré sorprendido

-¿Siguen vivos?- pregunté y Elena asintió- ¡Vaya! Realmente el tiempo no pasa aquí- dije y Elena rió

-¿ Y recién te das cuenta?- preguntó y salió. Lo pensé un rato pero pronto me decidí

-Te acompaño-

-No, gracias.- se apresuró a decir

-¿Y por qué?- pregunté

-Porque disfruto caminar sola-

-Ah que bien, a mi también me gusta- dije haciendome el tonto- ¡Vamos!- Elena sonrió

-De acuerdo- dijo y esa tonada de amabilidad me asustaba un poco.

Caminamos en silencio todo el camino y pronto llegamos a la casa de los hermanos Le-e. Esta casa si había cambiado. La dejaron maltratarse y perdió la mayoría de su encanto.

Fuimos con Elena hasta la entrada y ella tocó el timbre. Elena se fue rápidamente para atrás y no entendí lo que hacía hasta que sentí que algo cayó sobre mí. Elena y otras dos voces reían a carcajadas. Y yo me encontraba cubierto de pintura azul.

-Vaya. Cómo no lo adivine-

-Le dimos- dijo una de las voces. Sin duda era de los gemelos Le-e.

-Que bueno que te traje- dijo Elena disfrutando la escena- Quedaste como pitufo- dijo y rió más fuerte

Me reí sarcástico. Elena dejó el paquete en la ventana y le indicó a los hermanos que ahí estaba. Pronto Elena me tendió una toalla. Me sorprendí. No sólo porque me estaba ayudando si no porque la había traído.

-¿Sabías que esto pasaría?- pregunté

-Si te soy sincera, esperaba que te tiraran orina. Pero no fueron tan malos contigo- No me contuve y comencé a reír. Elena me miraba seria pero no podía evitar imaginarla cubierta de orina de los gemelos Le-e.

Elena terminó por enfadarse y no me habló en el camino de vuelta. A tan sólo unas cuadras de llegar vi las dos dulcerías.

-¿Conoces la historia?- le pregunté sin esperanzas de que me conteste

-Es mi historia favorita- dijo y me sorprendió

-Sí, es una historia fantástica pero quieres saber cuál es mi favorita-

-mmm-

-"La flor de la colina"- Pronto Elena me miró interesada.

-Que rara elección...- hizo una pausa...-¿Crees que todas esas historias son ciertas?- preguntó

-Quizás... No estoy seguro de que estos ancianos tengan tanta imaginación- bromee y Elena rió

-Sabes, a veces pienso que quizás pasó, pero que quizás falte más historia. Son ancianos despues de todo. Quizás su memoria no lo recuerde- dijo y lo pensé un momento

-Sea cual sea el caso. No dejan de ser hermosas- Elena sonrió

Llegamos a la posada y la Nona nos miraba asombrada. Cabe decir que todo el pueblo me había visto así. Un tipo azul no era muy común todos los días. Note que la Nona comenzó a reír discretamente. Y me alegre de verla contenta.

Los Juegos Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora