'Poco a poco te irás enamorando'

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Capítulo Segundo:

Louis estaba confundido ¿Que había sido todo eso? ¿Él, excitado con... ella? Comenzó a reírse internamente. No podía ser eso, no quería creer eso. A él nunca le había interesado mezclarse con esa clase de personas. Siempre fue él y sus estudios ¿Porqué ahora venía esta chica y se tomaba las atribuciones indebidas? Algo jugaba en su contra.

-¡Madre, ya llegue! -Anunció Louis desde el umbral de la puerta mientras que la figura de su madre se iba acercando. Marie tendría unos treinta y tantos, pero se veía tan joven como una adolescente. Tenía la misma sonrisa blanca que Louis, y un cabello más oscuro que el de él. Louis le sonrió a su madre.

-¿A pasado algo bueno? Te noto de mejor humor. -Exclamó Marie mientras acariciaba la mejilla de su hijo. Este se sonrojó y le negó con la cabeza. Dejó su bolso en la entrada, justo a un costado del cesto para los paraguas. Subió las escaleras apresuradamente.

-No madre, no quiero nada de comer ahora. -Vociferó antes de cerrar la puerta. Se dejó caer pesadamente en la puerta y comenzó a pensar en ella. En "La Gatita". Nunca había pensado en ella, pero ahora era diferente. Algo en su interior le reprochaba cada instante oír su voz, oler su aroma. Louis carraspeó y volvió en sí. Algo lo estaba afectando, y eso no era muy común en él.

-Papá ¿Pediremos pizza? -Exclamó Katherine mientras le daba un beso en la mejilla a su padre. Este le asintió con la cabeza, sin dejar de leer el suplemento económico del periódico. Kath hizo una mueca de disgusto y se fue a duchar. Con algo necesitaba limpiar todo rastro de frustración; sin mencionar en que necesitaba pensar tranquila como haría al día siguiente para volver loco a Louis. No se equivocó cuando afirmó que Louis podía ser un buen amante, eso se podía mostrar a simple vista, cuando veías su caracter.

Katherine se metió en la ducha. El agua artificial salía disparada, despojándo a Kath de cualquier ratro de preocupación o sudor, incluso ambas. El olor a jabón perfumaba toda la habitación, incluso cuando salió a su cuarto a cambiarse con unos tejanos y una camiseta, sin ponerse un sostén abajo. Se puso sus "Toms" y bajó al living.

En la mesa, una caja de cartón blanca con una nota pegada no pasaba desapercibida. La muchacha agarró la nota y comenzó a leerla.

"Querida Kath, eh salido. No me esperes, espero que no te la termines toda. Te ama, tu padre xx"

Kathe soltó un respingo y suspiró ¿Qué más podía hacer? Su padre jamás cenaba con ella, ya sea por trabajo o por su nueva novia. Nunca se la había presentado, y muy dentro de ella se preguntaba quien demonios era.

Abrió la caja de cartón y sacó unas tres porciones; ella no comía más que eso. Subió hasta su cuarto y encendió la televisión. Todo era aburrimiento y soledad en la casa de "La Gatita". Eran en momentos como estos, en los cuales ella necesitaba una diversión. Nada le impediría conseguir un caramelo, así que se cambió de ropa; una más elegante. Un vestido negro, con un escote y sin espalda. Se maquilló y se puso los tacones, y luego de agarrar su bolso, salió disparada hacía la puerta. Cerró firmemente la puerta y salió a buscar algo de diversión a un bar cercano; siempre se llevaba el postre a un Motel, lo disfrutaba mejor ahí.

ConquístameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora