Dai Li

20 0 0
                                    

- ¡Solo unos minutos! -Suplico el mas valiente de los niños


- No.


- Pero no vamos a hacer nada...


- Justamente, no van a hacer nada, ¿entonces que es tan interesante?


- Necesitamos luz... - Dijo el pequeño suplicante.

El niño se cruzo de brazos haciendo un puchero al ingual que sus pequeños acompañantes.

- Tienen luz.


- Luz real, ¡somos maestros fuego! - Dijo exasperado.

Toph se agacho un poco a la altura del niño a modo de énfasis.

- Te acostumbraras. - Refutó mordasmente Toph. - No, y punto.

Toph pego media vuelta y se fue. El niño la fulmino con la mirada inutilmente, y sus otros dos acompañantes suspiraron resignados. Katara sonrió dulcemente hacia ellos.

- Tienen que entenderla...


- Apuesto a que solo es porque somos de la nacion del fuego... - Dijo la niña.


- Claro que no... - se apresuro a decir Katara. - Ella solo los quiere cuidar.


- ¡Es insoportable, siempre se comporta así!


- No... Ha pasado por tantas cosas horribles. - Dijo Katara sin quererlo, sumiéndose en sus pensamientos - Todos lo hemos hecho...

Los pequeños se quedaron ahí compungidos.
Katara sonrio repentinamente.

- Saben, esperenme en el centro urbano. - Dijo Katara resuelta. - Los voy a llevar a un buen lugar, pero con la condicion de que los acompañe.

Los niños soltaron gritos de jubilo triunfantes, y fueron a donde les indico Katara.


Ella no pudo evitarlo, esos niños a penas se acordaban de lo que era el exterior, no era tan facil para un niño... los adultos lo aceptaban con madurez sabiendo que no tenian otra opción. Katara estaba a punto de ir a su casa, cuando Toph la sorprendio.

- Adoro cuando me desautorizas... - Dijo sarcasticamente acompañandola.


- Solo sera unos minutos. - Dijo Katara sonriendo tranquilamente.

Entraron a una sensilla casa. Grande para solo dos personas, pero perfectamente diseñada y con los gustos y comodidades de las dos. Toph quito el abrigo oscuro que tenia encima - ahi no hacia tanto frio como afuera -, quedando solo en una camiseta gris oscuro, dejando ala vista dos marcas en la misma altura se sus dos brazos, lo que parecían formas de manos. Katara se inquietaba cada vez las miraba.

- Solo está atenta a todo. - Dijo Toph rompiendo el silencio.


- Claro, no te preocupes. - Dijo tomando su cantimplora.

Toph salio por otro lado, tomando un atajo hacia un pequeno cuartel, donde habian jobenes de siete a adultos. Llevaban la vestimenta general que tenian en el refugio, en tonos oscuros o grises. No eran muchos los que conservaban sus antiguas vestimentas.

- Hubo alguna novedad, Yuri?


- No, general. - Contesto una chica. - Aunque no hace falta ser un genio para saber que el senor del fuego va a mandar mas espias despues de lo que paso.


- Ya lo creo. - dijo soltando una risita.

La chica tenia viente años, estaba vestida completamente de negro y resultaba bastante gracioso el que llevaba algunas hojas en su cabello debido a estar horas sobre un alto arbol. Habia sido de la nacion del fuego, uno de los traidores que Toph saco de la nacion del fuego.

-Tenemos que prepararnos - dijo Toph repentinamente. - No creo que venga nada bueno

La chica la miro algo sorprendida y aprensiva a la vez.

- Pero... es algo arriesgado.


- Desde el principio fue arriesgado, nunca va a dejar de serlo...


La charla se vio interrumpida por un chico que llegó corriendo hacia ella.

- ¡General... Sifu! - dijo jadeando y parando frente a ella.

Bajo las cenizas: 107 DGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora