CAPITULO 3

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CAPITULO 3

PIEDRAS GEMELAS


SAMANTHA JOHNSON

Esto no podía ser cierto, ¿que me había hecho? ¿como tenía esta forma?, entonces recordé sus palabras "Deberías agradecerme, ahora sí estas presentable".

Estaba teniendo un ataque de pánico, de eso estaba segura, no sabía que hacer, qué pasaría a continuación, que me sucedería o como solucionaría esto. Me senté en la tapa de el inodoro mientras me calmaba un poco, necesitaba pensar, no podía llamar a mis padres porque ellos no entenderían, pensarían que era otra persona y lo más probable es que terminen llamando a la policía, no, no podía despertarlos y arriesgarme a eso.

Tal vez podría tratar de ubicar a la chica y obligarla a que me devuelva a la normalidad, aunque no creía que lo lograría, ya que no tenía idea de hacia a donde había ido, la ciudad era muy grande, y en caso de que la encontrara, ella demostró que tenía mucha fuerza, más que yo, y que era peligrosa. Un par de toques en la puerta del baño hizo que volviera a la realidad y me concentrara en el sonido. Los únicos que podían tocar eran mis padres, a menos que las "sombras, que ahora tienen caras" hayan vuelto, pero no lo creía, ellos tenían algo de prisa por ir a un lugar, eso fue lo que dijo Greace.

Como los toques siguieron, decidí hablar sin abrir la puerta para averiguar de quien se trataba.

- ¿Quien es? - traté de que mi voz no sonara alterada, era extraño que esa chica y yo tengamos el mismo tono.

Como no contestaron volví a preguntar, ya no se escuchaba nada, los toques habían parado, y lo que dejó fue un silencio perturbador, no se podía escuchar absolutamente nada.

La manilla de la puerta empezó a girar, pero se trancaba ya que tenia seguro, yo estaba realmente asustada, no sabía quien podría estar al otro lado, en mi habitación.

La puerta emitió un pequeño sonido y se abrió poco a poco, haciendo que sonara un pitido agudo, como no sabia que hacer me quede sentada, con los ojos muy abierto esperando que entrara el causante del terror que sentía.

Poca luz entraba por la puerta semi abierta dejando ver que estaba un sujeto asomado, era un chico, desde donde estaba no lo podía detallar bien , sin embargo, de lo que estaba segura era de que no se trataba de la misma persona que visitó mi habitación minutos antes. Él fue entrando poco a poco, su mirada oscura estaba fija en mí. Jadee al darme cuenta de lo parecido que era al chico anterior, pero sus ojos y cabello eran diferente, los suyos eran muy oscuros, me atrevería a decir que negros y su mirada no te hacia sentir querida y protegida, al contrario se podía percibir muy bien la maldad que irradiaba, sentí la misma sensación de peligro como fue quedarme a solas con Greace.

El chico no entró completamente, estaba a mitad de la puerta y me miraba como si supiera que yo debería de tener otro aspecto, como si quería saber quien realmente era yo. Sentía que mi corazón no aguantaría otra "sorpresa" de éstas, estaba muy acelerado y las palabras no salían de mi boca, yo quería gritar, pedir ayuda, pero no podía moverme, me encontraba paralizada.

Poco a poco fue entrando al baño y acercó su mano para tocarme la cara, en ese momento mi instinto de supervivencia se activó y me moví rápidamente para agarrar lo que sea que estuviera a mi alcance y poder defenderme, con la que había agarrado lo apunté en el pecho causando que el chico retrocediera un paso y su cara cambiara a verdadero terror, parecía horrorizado con el movimiento que yo acababa de hacer. Sin embargo, mi momento de gloria no duró mucho, ya que cuando el bajó la vista al arma que tenia fuertemente sujeta con mis dos manos, soltó una fuerte carcajada y su cuerpo se relajó evidentemente, me miraba con algo de lastima y un poco de diversión, yo no entendía que lo divertía tanto,hasta que yo misma vi lo que había elegido para defenderme, un cepillo de diente, ¡por Dios! Mis mejillas se calentaron rapidamente, un poco por la vergüenza que estaba pasando pero más era por la rabia que sentía, ¿quien era este chico para entrar a mi habitación y baño y burlarse de mí? Al parecer eso era normal ésta noche.

Doble AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora