Stage 3♡

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Aún con la calidez de su pareja, sabía que cosas terribles vendrían con el simple hecho de ver cómo el padre de su bebé hablaba por teléfono con aquella mujer que hasta hace poco era su compañera.

No era que se sintiera inseguro respecto al amor que le tenía Enji, pero ver a la aún esposa del mayor era más que doloroso para él. ¿Y si se volvían a enamorar y lo dejaba por ella? Ya tenían 4 hijos y, a pesar de los errores que el padre de su hijo había cometido, sabía que en el fondo Rei y él podían salvar su relación. Aún así, Hawks trataba de ignorar esos dolorosos sentimientos que le mortificaban y le hacían sentir mal.

Salió de la habitación del pelirrojo para dirigirse a la cocina pues necesitaba un poco de agua, sin embargo, al entrar en ésta presenció algo que jamás imaginó llegar a ver; Katsuki y Shoto se encontraban compartiendo un para nada inocente beso, y el chico de cabello bicolor tocaba sin pudor los glúteos del rubio provocando leves suspiros en él.

—Deberían buscar una habitación, chicos.— Habló mientras tomaba una manzana observando con atención la escena.

—¡Mierda! —fue lo que gritó el chico de heterocromía mientras se alejaba del lugar.

—Es normal que haga eso con mi alfa —respondió el rubio menor con una sonrisa —. Y dime... ¿Cuántos meses tienes?

Aquello lo había tomado por sorpresa, ¿Desde cuándo sabía el mocoso explosivo que estaba en cinta?

—¿Cómo lo sabes?

—También soy un Omega. Además  créeme, tu olor cambió a uno más dulce —suspiró tomando una fruta para comerla —. Escucha bien, cuenta conmigo para lo que sea, Shoto es un poco idiota pero no se interpondrá entre ustedes.

—Tengo miedo —dejo salir de repente sin pensarlo —. Enji aún tiene una Omega y nosotros sólo seremos un obstáculo más.

— No lo creo. Una vez la señora Rei dijo que la relación que tenían sólo era un contrato. Sintieron cariño el uno por él otro, pero no era amor.

El rubio mayor se sentía en armonía al estar cerca del chico explosivo, era una sensación extraña, pareciera aquella calidez que sólo una madre podría tener, y una duda llegó hasta él, que no se iba a quedar con las ganas. Es así que se acercó y lo olió: Katsuki desprendía un olor combinado, un aroma a madera con un toque dulce. Al ver tal acción, el de ojos rubí sonrío con gracia por la cara de sorpresa del aún héroe #2

—¡No me jodas Katsuki, dime qué no es lo que pienso! —gritó con asombro mirando al chiquillo frente a él —. No mames wey, apenas tienen 16.

— Pues si lo hago, pregúntale a Shoto.

Sabía que esa plática no tendría solución en ese momento, por lo que respiró profundo entretanto meditaba con tranquilidad.

—¿Por qué no usaron protección?

—Por la misma razón que tú, la calentura nos ganó cuando menos lo pensábamos.

No podía creerlo, aún eran muy jóvenes para una responsabilidad de tal tamaño. Bueno, sabía que Enji no dejaría abajo a ninguno de los dos y que cuando Mitsuki se enterara castraría a Shoto por haberle dejado premiado a su único hijo. Suspiro mientras miraba al menor bostezar, sólo esperaba que el futuro abuelo soportara la noticia y no le diera un ataque.

Y justo cuando estaba por seguir con la conversación con el chico explosivo una voz los sorprendió por completo.

—¿Katsuki? —preguntó una voz femenina con tranquilidad.

—Señora Rei...

Y el joven prodigio del top 10 podía jurar que comenzaba a sudar frío. Desvió la mirada para encontrarse con una mujer un poco más baja que él, complexión delgada, cabellos blanquecinos, su piel blanca como la de una muñeca de porcelana, ojos grises y labios rojizos. En simples y mortales palabras, era una belleza. Si una vez había pensado que Fuyumi era hermosa, la mayor frente a él lo era aún más.

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