Capítulo 7

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Ethan comenzó a despertarme lentamente, entre abrí los ojos y lo pude ver cerca de mí. Sus ojos marrones estaban brillantes, y su sonrisa era dulce.

Estoy en un sueño, porque él nunca me despertaría así.

—Levanta dormilona, la comida se va a poner fría —Dijo tocándome el hombro.

¿Comida? ¿Dijo comida? Seguro que sí porque mi estómago no paraba de rugir.

Abrí los ojos lentamente y la luz me hizo volver a cerrarlos porque me estaba cegando. Me los restregué y me estiré. Me desperté al fin y me senté sobre la cama, miré todo a mí alrededor y por un momento no recordé donde estaba por lo que me extrañó pero después vi salir a Ethan del cuarto de baño. Ahora sí que sabía dónde estaba.

—Buenas tardes dormilona —Dijo sentándose en un sofá y con una mesa pequeña, encima de esta había un montón de comida —Ven, que se enfría. —Dijo palmeando el sofá para que me sentara a su lado.

Bajé de la cama y me dirigí hacía donde él estaba.

—Buenas tardes —Dije aún adormilada.

— ¿Dormiste bien?

Asentí y comencé a comer.

Lo que había en la mesa eran espárragos verdes y salmón, también habían otras cosas pero eso no sabía que era.

Ethan cogió el vino y lo vertió en mi copa.

—Yo...No tomo alcohol —Dije mordiéndome el labio.

—Tranquila, un buen vino acompañando una buena comida —Respondió sonriente.

—Tomaré solo un vaso... —Dije y llevé la copa a mis labios, cuando el líquido rojizo los rozó echaba un sabor muy rico. Era así como frutas del bosque o algo. No era una catadora nata de vinos. Pero podía saber si estaba bueno o no. Y este lo estaba.

—Así me gusta —Sonrió y tomó de su copa mirándome.

Me sentí extraña porque parecía como si estuviéramos en una cita y estuviéramos conociéndonos para saber si congeniabamos o no. Pero eso no era así, estaba aquí con él porque era mi jefe y necesitaba un acompañante para su debut en el desfile. Y me invitó, Sin embargo no tuve otra alternativa nada más que aceptar, por el hecho de que actué bajo presión. No una presión mala en sí, si no... Una la cual no paraba de repetírmelo, poniendo caras de pena, Así que tuve que aceptar.

La comida pasó entre risas por parte de ambos y no era tan frío como lo conocí, era un hombre agradable, además se notaba que estaba a falta de cariño o de compañía, como pasar un rato a gusto con alguien. En ese mismo momento conocí a un hombre diferente.

*****

—Molly González —Llamó la chica que se encontraba detrás de un pequeño mostrador.

—Yo —Alcé la mano y me hizo un gesto para que pasara.

Dejé la revista que estaba viendo encima de la pequeña mesa. Era una revista de moda y quise ojearla para ver si había un protocolo de como portarse en el coctel, pero para mí mala fortuna no había nada.

Me levanté del sofá y fui dónde la chica me había dicho. Primero me metieron en una sala donde habían máquinas y utensilios que ellas sabían para que se utilizaban.

—Molly, quítese la ropa, déjela aún lado y póngase el albornoz que tenemos ahí —Dijo señalando un pequeño cuarto de baño.

Me metí hacía el cuarto de baño y me quité la ropa. La doblé y la puse encima de un taburete. Me puse el albornoz y salí.

Dulce tentación (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora