Dramática |Aguslina|[Editando]

→36(editado)

Siempre te voy a querer, me asegurare de enamorarte cada día, aún con mis defectos, aún con mis locuras y mis tonterías.

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Agus

Llevaba como media hora llorando-literal-, y yo no sabía si reír, si controlar mis carcajadas, o llorar con ella.

Pero que torpe me había salido, de solo recordarlo me mataba de risas interiormente.

-Me voy a morir.-No pude evitarlo y deje de contenerme. Reí.-Vete al demonio, me estoy desangrando y aún así te ríes.-Espeto con furia en su mirada.

Me detuve nuevamente.

-Lo siento, es que fue gracioso como te caiste.-Me volvió a mirar mal.

-Vete a la China, me duele mi rodilla, y aún así te burlas. Jodete.-Dijo casi gritando.

-Hey calma... Es inevitable. Suelo reírme de todo.

-¿Y porque de mí? Burlate de esos de allá...-señaló a un grupo de chicos.-Mejor no... Ire a ver si alguien me ayuda, en lugar de solo burlarse de mi. Si alguien se casa contigo... Estaría jodida, puedria visualizar una muerte segura.

Se levantó del suelo, haciendo muecas, e intentó caminar, lo cierto es que solo cogeaba.

-Suerte con eso, eso decías de mi futura novia, y aquí estás tu. Ahora hablas de mi futura mujer... Y bueno ya veremos.-Dije recordando ese día. Vi que se alejaba más y la seguí.-Hey ¿a donde vas? Apenas si puedes caminar.

-Necesito limpiar esto, pero aquí en la mitad de la calle no puedo, y quien dice llamarse mi novio, solo sirve para burlarse de mi.-Se quejó.

La seguí por detrás, lentamente. Juro que una tortuga es más rápida.

-Carolina Kopelioff ¡Que sorpresa!-Dijo una voz totalmente desconocida para mi. Volteamos al lugar de donde provenía la dichosa voz y frunci el ceño.

-Hola Santiago... Cuanto tiempo.-Respondió.

Donde escuche ese nombre, estoy seguro que lo mencionó. Bueno tengo memoria de pez, de seguro lo olvide.

-¿Que te trae por aquí?-Pregunto.

-Nada, solo caminaba por la calle.

-¿Que te paso? ¡Que horror!-Dijo viendo la rodilla de Caro.

-¡Hay no!-Exclamo Caro y frunci el ceño.-Agus llevatelo de aquí.-Ordeno y mire confundido.-Le tiene pánico a la sangre.

Voltee a ver al tal Santiago y en efecto su rostro adquirió un tono pálido. Lo ayude a sentarse en el piso, mientras Caro intentaba caminar de regreso a su casa.

¿Y a esa loca que le pasa? Piensa dejarme con él. Ni hablar.

-Bueno... Ten comete un chocolate.-Dije sacando uno de mi bolso y tendiendolo a su mano. Lo tomo y me miro confundido al notar que sólo quedaba la mitad.-Tenía hambre y le quite un pedazo, no te preocupes por las babas, no lo comí directamente.-Aclaré.

Y me fui corriendo tras Carolina, esa mujer esta loca... Como me deja con un desconocido. ¿Y si es un secuestrador? O un drogadicto.

No tarde en alcanzarla estaba por dar la vuelta a su casa, aún caminaba con dificultad. Negue con la cabeza.

Me acerque hasta ella y la tome en brazos.-Para que no te sigas quejando de mi.

-¿Y Santiago?-pregunto.

-Pues se quedó ahí justo donde me lo dejaste.-Respondí.-Por cierto ¿quién es?

-Un ex de la secundaria.-Respondió sin importancia. Okey, eso si no me gusto, nada de nada. Y creo que lo notó.-Un tipo equis, y demasiado imbécil.