CAPÍTULO III

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La peor sensación de todas es cuando estás sentado en una banca de hospital, los doctores pasan y pasan si decir nada, las enfermeras sólo te miran y te regalan una pequeña sonrisa de compasión y siguen con sus trabajos mientras tú estás ahí sentado sin saber si la vida al otro lado está de cierta manera, bien.

1214.... 1215.... 1216... contaba en mi mente para distraerme un poco, odio los hospitales y más cuando mi celular ha muerto y todos los chicos se han perdido.

Otra suma, pensé. Sumaré otra cosa para distraerme, ¿con cuántos hombres me junto? 1... Dario 2... Chava 3... Bruno 4...Nethan 5...Rick 6... Diego 7...Tacho 8... Santiago 9... Alex. ¿9 hombres? Vaya.

Busqué con la mirada a los chicos y logré ver el codo de Bruno en la otra habitación, me levanté instintivamente y fui hacia él.

-  Ya van a ser las 9 de la noche, ¿quieres que te lleve a tu casa? –se ofreció algo preocupado Bruno

-  ¿No te importa? –le pregunté

-  Para nada, mañana es miércoles día de clase. No debes faltar -me dijo sonriendo y dejando un vaso en una mesita que se encontraba ahí.

-  Ni tú –le conteste risueña

-  Lo sé –contestó algo engreído – vámonos

-  Sólo me quiero despedir de los chicos, ¿los has visto?

-  No, también los perdí de vista

Estábamos dispuestos a partir y justamente en el pasillo afuera del hospital estaban todos bromeando.

-  ¿Ya se van? –preguntó un chico al que jamás había visto en mi vida

-  La llevo y regreso –contestó Bruno

-  Que cálido eres, Bruno –le contestó el chico

-  Buenas noches, chicos –les dije yo

Todos comenzaron a despedirme con un abrazo hasta el chico ese, que aprovechadamente me dio un beso en la mejilla

-  Soy Enzio, por cierto –me dijo muy cerca del oído

Me dirigí con Bruno al carro, era un volcho con las puertas de un rosa claro y de contraste rojo con un diseño de vocales.

Solté una carcajada al verlo.

-  Te cuento la historia en el camino, ¿tienes hambre? –curioseó Bruno algo apenado

-  Sí un poco –le respondí aún sin poder controlar la risa

Fuimos a cenar tacos, quizá sea algo típico de México pero hacia mucho que no iba.

-  Verás, es una historia extraña, hace dos años ninguno tenía auto, así que todos comenzamos a ahorrar, después de dos meses para lo único que nos alcanzaba era un volcho. Lo compramos y el color original era rosa pero todos éramos hombres, lo llevamos a pintar y sólo tenían rojo. En fin, la pintura se ha ido cayendo ahora parece que es de ambos colores y las vocales fue un juego de Alex –me dijo riendo

-  ¿Por qué? –le pregunté yo también riendo

-  Pues un día, en literatura la maestra le preguntó las vocales y él comenzó a decir el abecedario, le hicieron tanta burla que al carro le pusimos las vocales para que se las aprendiera –dijo él sin poder contener la risa.

Terminamos de cenar y me llevó a casa, justo en la entrada me detuvo

-  Espera –me dijo

-  ¿Ocurre algo? .pregunté apenada

-  Sólo quería disculparme por... el primer día ya sabes, fui algo grosero –dijo

-  No hay ningún problema, Bruno –le respondí sonriente

-  Bueno, ¿irás mañana al hospital?

-  Saliendo de la escuela

-  Cuando Rick esté mejor, crees que... bueno no, olvídalo –dijo sonrojado

-  Anda dime –lo animé

-  ¿Podamos ir a algún lado?

-  Claro, iremos a celebrar que está bien –le dije animada

-  Me refería a tú y yo –me contestó

-  Ya veo... Pues claro

-  Perfecto, buenas noches –dijo tomando mi mano y acercándome a él para abrazarme y despedirse

-  Buenas noches –le respondí abrazándolo.

Entré a mi casa y mi papá estaba en la sala, inmediatamente se levantó al oírme entrar

-  ¿Está todo bien? –preguntó mi papá muy preocupado

-  Eso espero, un amigo se accidentó hoy –le respondí

-  Pero eso no parece preocuparte, vienes muy risueña –me dijo mi papá bromista

-  No todo lo que brilla es oro –le dije riéndome, pues es su refrán favorito.

Subí las escaleras, me metí a bañar, me vestí y cuando terminé me quedé profundamente dormida.

>>Buenas noches<< La voz de Bruno no dejaba de rondarme en la cabeza. >>Sólo somos amigos<< También me atormentaba.

Cerré los ojos y dejé llevarme por los sueños y las ideas futuristas y de fantasía por un amor con él.

Es sorprendente como las emociones y los sentimientos se apoderan de ti, deseaba soñar con él y si no era así, deseaba que la noche pasara rápido para volverlo a ver.

Tenía algo nuevo que contar, las veces que pensaba en él y los segundos que pasaban para volverlo a ver.

A TRAVÉS DE MIS OJOSWhere stories live. Discover now