Dolor.

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Cuando desperté sentía un fuerte dolor de cabeza, también sentía dolor en el labio y peor aún no Buba no estaba a mi lado.

Cuando me puse de pie no supe a donde correr, no supe siquiera que día era y cuando habia sido la ultima vez que habia visto al príncipe de mis sueños.

-- ¡Padre! ¡Eres un maldito imbecil!- grite con rabia pateando la puerta y entonces pasó algo extraño, Marceline estaba ahí. -- Hey... ¿No deberías estar con la princesa?-

Ella volteó a verme unos segundos como si analizara mi pregunta y despues sonrió con malicia, justo como cuando eramos niños.

-- ¿Es un nuevo juego hermanito? ¿Quién es la princesa? ¿Debo morder?- Ella rió en voz alta y despues de empujarme se fue riendo por el pasillo.

- ¿Es un juego verdad? ¿Ni a tu Rey respetas?- Suspire de forma pesada pero entonces note algo extraño, esa corona maldita no estaba en mi cabeza, ni los molestos regaños de mi padre, ni siquiera mi padre estaba molestandome para que volviera a mis horas de trabajo. -Santa vaca-

Volé lo más rápido que podía al comedor donde encontre a Marceline recostada en el aire y sus pies rozaban la mesa, ni siquiera comía algo. Solo estaba ahí, flotando a lado de esa persona a la que tanto despreciaba.

- ¿Que hiciste con P.G? Oh, o como tu lo llamas, el mocoso rosado.- enfrente a mi padre mientras gruñía mostrando mis colmillos

- No se de que hablas, además, ¿Recuerdas la boda de tu hermana? Se casará para tomar mi puesto de Reyna- mi padre hablo como si estuviera orgulloso -¿Hablas del niño humano? Esta en su casa, no lo se, no ando por ahí visitando niños-

- Oh, ¿Así que puedo ir a molestarle? Er-...- estaba por decirle todo lo que sentía cuando trono los dedos y apareció un portal.

-- Solo vete, tengo mucho de que habar con tu hermana y si estas aquí, no escuchara-

Cuando vi el portal se me hizo raro no ver a mi hermana volar hacia él, en mi caso... yo si extraño a mi par-... ¡Santa vaca! Tendremos un hijo.

Salté al portal sin pensar más, debía asegurarme de que él estuviera bien, era lo unico que importaba en ese momento, cuando aparecio fue en su antigua casa e incluso su guitarra en forma de hacha estaba en el portico.

- ¿Qué demonios?-- Algo no estaba bien, la casa estaba completamente sola y a oscuras. - Bubba...-

De inmediato volé a la entrada de la cueva notando como poco a poco el cielo se pintaba de un color oscuro, la espera era desesperante así que me cubri con una cobija y comencé a volar hacía aquél reino que me había abierto sus puertas ya hace mucho tiempo.

Vole sobre el bosque y el reino de hielo, todo parecía ser lo mismo pero habia cosas distintas, ¿Desde cuándo finn tenía un hermanito menor? ¿O porqué Jake me había ignorado?

Cuándo por fin llegué al castillo los banana-guardia no me dejaron entrar pero eso poco me importó, sobrevole las murallas de dulce dirigiéndome al castillo cuando un guardian de chicle me detuvo.

INTRUSO - INTRUSO - VIOLACIÓN A LA SEGURIDAD.

Minutos después la dulce princesa apareció en pijama, sonreí ampliamente esperando que diera la orden para que me soltaran pero no lo hizo.

- ¡Por favor, soy el novio de Gumball! ¡Ya supera que creció!- grite con una sonrisa engreída pero desapareció al ver su rostro preocupado.

+Al calabozo- ordeno la dulce princesa y comenzo a correr de regreso al castillo.

- ¿Eh? Pero yo se como salir de ahí- el guardián de chicle comenzó a caminar tras la princesa y después me empujó a los banana-guardia.

Me deje atrapar por ellos ya que al parecer sería la unica manera de entrar al castillo, cuando me asignaron una celda decidí flotar en la esquina de ésta.

Los minutos parecían horas y las horas decadas, gruñí para mi mismo y en ese momento la puerta se abrió dejando ver a un Bubba completamente normal, dulces cabellos rosados, piel rosa como pompis de bebé y sin aretes pero aun se lograba ver la perforación que poco a poco sanaba.

- Bubba cari-...- iba a lanzarme sobre él cuando él me detuvo con cara de... ¿Asco?

-- ¿Si quiera te conozco? No se como sabes de mi pero deberías alejarte.- fueron sus palabras antes de moverse de la puerta señalando esta. --Largo.-

- Bubba, somos novios, jajaja... ¿Es una broma verdad?- en su dulce rostro la furia fue obvia -- ¿En serio... no sabes quien soy?-

Él solo negó un par de veces y eso hizo que en mi pecho una enorme rabia creciera.

- ¡Me estas jodiendo! ¡Eres mi novio! ¡Nuestro hij-...!- mi rostro palidecio -- ¿Dónde está?- me acerque a su abdomen olfateando... no había nada en absoluto.

- ¡No se como sabes de Leo pero alejate de nosotros!-- El amor de mi vida abandono la habitación justo en ese momento

Claro que estaba preocupado pero ahora al menos sabía dos cosas, mi amado chicle estaba bien... y el fruto de nuestro amor se llamaba Leo.

Volé fuera del castillo decaído, volé hasta el árbol de Finn y este no me reconoció pero noté algo peculiar, tras él había un pequeño niño de piel anaranjada.

- Bien, me alejo. No me apuntes con esa espada--

Levante las manos y volé hacia mi casa, cuando llegue me sente en el pórtico comenzando a tocar una melodía triste.

"¿Donde han quedado tus palabras? Donde ha ido tu amor, ¿Crees que vuelva? Por favor, dile que esperare... hoy, mañana o para siempre... esperare por él"

En ese momento me di cuenta de algo, la respuesta siempre estuvo frente a mi.

- Padre.--

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Hola, lamento por no actualizar seguido y desaparecer de esa forma.

También perdónenme por no colocar las dedicatorias, se las debo para la próxima.

Así es, comenzaré a actualizar más seguido, si es que alguien sigue está historia aun. -Lloranding-

¿Escogen un día para que actualicé o los sorprendo?

Es todo por ahora, gracias por leer.

Atrapado en el fondo de Su infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora