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Avocato ofreció su mano a Gary el cual la tomo si rechistar y se puso de pie.

—No puedo creer que me golpearas la cara.

Gary sangraba un poco de la nariz, Quinn tenía un buen brazo y era muy buena dando golpes.

—Quiero decir, tú eres la que sale perdiendo si me la has deformado sabes?

Quinn contuvo sus ganas de golpear a Gary de nuevo y simplemente le ignoro.

—Hey ¿estás bien? ese golpe pareció doloroso.

—Y lo fue!
Diablos, creo que estoy sangrando, tienes una forma rara de coquetear Quinn.

Alguien llamo a la puerta

—Pasen.

Cato entro con total normalidad escoltado por un guardia, de hecho, parecía que se habían hecho muy buenos amigos en el trayecto.

En el momento en el que entró, Gary se abalanzó sobre el pequeño Cato.

—Te hicieron daño?

—No, estoy bien.

—Diablos, hubiéramos ganado mucho en una demanda si lo hubieran hecho.

Ahí estaba otra vez, las bromas de mal gusto en el momento menos oportuno, pero al menos Cato ya se había acostumbrado.

—Ganaremos más cuando te terminen de destrozar la cara.

Avocato se acercó a ambos y puso su mano sobre el hombro de Cato.

—Lo siento, nos volví a meter en problemas.

—No te preocupes, esto es mejor que ver la televisión después de la escuela.

Quinn se aclaró la garganta visiblemente molesta por la interrupciones y le indico un asiento al pequeño Cato.

—El informe de tu interrogatorio está vacío.

—Bueno, si, pero mis bolsillos están llenos.

El chico mostró la baraja que portaba, era un viejo regalo de Gary, el rubio le había enseñado un tiempo atrás a jugar a las cartas y ahora no había nadie que pudiera vencerlo.
Gary choco los cinco con Little Cato.

—Bueno, que más podría esperar de ese par de incompetentes, tendré que hacerte unas preguntas de reconocimiento.
Bien, ¿como te sentiste cuando tus padres empezaron a salir?

—Esta mujer está bromeando o que?

Quinn observó paciente a Cato

—Nop, al parecer la señorita Airgon siente cierto placer al hacer preguntas personales.

Cato volteo a ver a Quinn

—Y señorita Airgon, que pasa si no respondo?

—La posibilidad de que tus padres sean ejecutados en vivo, en televisión nacional aumenta un 20 por ciento.

—Diablos, eres buena en esto!
Casi pude sentir un escalofrío...

Avocato solo podía observar al par de sopencos mientras provocaban a Quinn.

—Cato...

—Si, si, como sea.

La verdad es que al principio no me gustó para nada, quiero decir, era extraño, ya saben, ver a mi padre y a Gary juntos, me hacía sentir, incómodo, pero supongo que todo mejoro gracias al hechizo...

—Asi que el hechizo es real...

—Mas real que tus pestañas lindura!

Gary ya se estaba ganando otro golpe en la cara.

Pesadillas [Garycato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora