Capitulo 1, segunda parte.

182 13 4
                                    


Adri se giró hacia mí, me tomó de ambos brazos y suspiro, trabando un poco los ojos. Cosa qué hacía normalmente, cuando algo no le parecía en lo más mínimo. Y conmigo eso sucedía muy a menudo.

- No es tan difícil, grávate en la cabeza que es solo una chica y que tú eres hermosa, todo es cuestión de confianza. – me apretó las mejillas.

Encaminamos el paso hacia el aula, justo cuando el timbre sonó y se desato una carrera entre todos por llegar a tiempo y evitar un retardo; aunque nosotras, solo reímos a un paso muy tranquilo, puesto que sabíamos que la profesora Carolina estaba incapacitada por el nacimiento de su bebe, pero vaya sorpresa nos llevamos, casi la mayoría al ver en su lugar a una nueva profesora de informática. Y claro, tener un primer retardo.

- Chicos buen día, yo seré quien cubra a su profesora mientras ella se incorpora a clases. Para quienes no me conocen soy Karen Licenciada en Informática. La directora se tomó la molestia de informarme que van bastante atrasados por lo que comenzaremos desde ahora.

Giré la vista hacia Adri y ella se encogió de hombros, estaba un poco estresada y mi cuello trono un par de veces; inconscientemente, de verdad sin planearlo, giré la vista en dirección a Alex, no sé sobre que platicaba con Luis su mejor amigo, pero parecía un tema bastante interesante pues ambos sonreían, veían algo en el celular, y me preguntaba, ¿Será que ven mi perfil?, cada que ella sonreía, sus pómulos se ponían de color rojo encendido, ahh imposible que eso no fuera sexy.

- Bien jóvenes, diré sus nombres y necesito que se acomoden rápidamente y en silencio con quien sea su pareja de equipo. Eso quiere decir, que no acepto cambios; Lisa – Juan, Daniela – Jose, Rodrigo – Alejandra, Adriana – Alexandra, Lidia – Armando, ...

Y siguió diciendo nombres al azar, pero no me importaba, como Adriana podía tener la fortuna de pasar una hora a lado de ella, como tenía tanta suerte. Apenas pude reaccionar antes de moverme hacia Armando, cuando mi mirada choco justo con su mirada, ella agito su brazo en señal de que no me moviera, comenzó a acercase a mí, no entendía porque; ¿Me estaba hablando a mí?, ¿Cómo sucedió eso?, mi corazón saldría de mi cuerpo en un par de segundos.

Adriana se acerco a toda prisa tirando del brazo de Armando, agachándose hasta mi oído y susurro.

- Hoy serás Adriana, así que no la vayas a regar. – dijo guiñándome el ojo y marchándose.

¿Yo? ¿Adriana?, ni siquiera podía reaccionar porque Alex ya estaba frente a mí, jamás había estado tan cerca de ella, jamás había notado lo lisa que era su piel estando tan cerca y el olor tan agradable que desprendía. Y esa pequeña peca en la nariz.

- ¿Nena cómo estás? Oye ¿Adriana está bien? – dijo en un tono preocupado.

- He Adriana, claro, no te preocupes, ella va estar bien, solo tenía que... - podía notar como mi voz se hacía cada vez más pequeña. – Ella solo necesitaba ir al por unos archivos.

- Ya veo, eso explica porque estas tú aquí, eres una amiga genial sabes.

- Eso dicen. – No sabía a qué se refería, pero tampoco quería parecer retrasada.

- Sé que lo eres nena; supe que el año pasado fuiste la tutora particular de Adriana mientras ella se recuperaba de la lesión en su rodilla, eso habla genial de ti.

En serio me estaba hablando, de verdad estábamos cruzando palabras y teniendo una charla. No podía creer que jamás fui invisible para ella, no tenía ni la más remota idea, de que ella supiera al menos algo de mí, y no lo entendería jamás si nunca me hubiera atrevido de alguna manera a entablar una plática. Me sentía completamente feliz e invencible. Jodidamente increíble.

- Tenía que apoyarla sabes, de no haber sido así, ella hubiera perdido el semestre y eso hubiera sido pésimo para ambas.

- Tienes razón, pocos tenemos la fortuna de contar con personas como tú.

- ¿Jóvenes necesitan compartir algo con la clase? – dijo la profesora acercándose hasta nuestros pupitres.

Ambas reímos en silencio y cruzando las miradas más de un par de veces, todo en ella me encantaba, desde su forma de hablar tan increíble, sus temas de conversación, y eso que solo hablamos de Adriana la mayor parte del tiempo.

Comenzamos a redactar juntas el ensayo que nos habían encargado sobre la importancia de la tecnología en la vida, en las empresas, en lo social y etc. Justo cuando anote el último punto Alex se acercó y me pidió la libreta para anotar su nombre. Nuestros dedos se rozaron e hizo que mi piel se estremeciera tan fácilmente que me aterro el solo imaginar lo que un solo beso suyo, podría ocasionar en mi. Me sonrió, quizás había sido demasiado obvia al cambiar de color bruscamente, la clase estaba por terminar y por primera vez en la vida odiaba la idea de que así fuera, odiaba el imaginar que quizás esas serian las únicas palabras que ambas cruzaríamos, quería estar con ella, conocerla, salir, ser más que una simple compañera de clase. Pero por más que luchemos, nada basta por que el tiempo no se detiene a esperarnos. El timbre sonó y el tiempo de cuento acabo.

- Bueno nena, espero que saquemos una buena nota y por supuesto que Adriana este bien.

- ¿Te vas? – dije implorando que se quedara tan solo un momento más.

- Lo siento, tengo partido de futbol tengo que marcharme.

- Claro tienes razón casi lo olvido. Parece que todos estarán ahí.

- ¿Y tú estarás? – pregunto arqueando las cejas.

- Claro ahí estaré. – fue la mejor respuesta que pude dar sin pensarlo.

- Espero que sea cierto.

Tomó su mochila y se perdió entre la multitud que salió; dejándome con el corazón más acelerado que nunca. Creo que ni aquel parque de juegos extremos, había logrado ese efecto en mi corazón. Adri entro a toda prisa una vez que la profesora se había marchado y se aventó sobre la silla donde minutos antes ella había estado; juro que si no la agarro del brazo se hubiera caído y golpeado tan fuerte que se hubiera ocasionado daño.

- Güera cuéntame todo, quiero saberlo ya.

- No sé como lograste que la profesora no se diera cuenta, pero te agradezco, eres mi heroína de ahora en adelante.

- ¿Qué?, se suponía que ya lo era. – ambas reímos un par de minutos. – Ya dime, intercambiaron números, tendrán una cita, ¿Qué paso?

- Bien primero lo primero, tendrás todos los detalles, pero antes necesito que me lleves ahora mismo al partido.

- Espera ¿Al partido? ¿Quién eres?, y que hiciste con Lidia la aburrida que conozco.

Solo reí un poco y avente mi codo sobre su espalda; pues en partes yo misma estaba asombrada de lo que acaba de decirle. Pero encaminamos el paso juntas.

Al fin y al cabo, mi historia había empezado. Alex, se había clavado en mi corazón de una manera, sorprendentemente brusca, cegadora. Pero vamos, ella me da vida, sin siquiera imaginarlo.


- - - - - 

¿Qué les parece?


LA PESADILLA MÁS HERMOSA DE MI VIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora