Capitulo 2

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Jamás había caminado sobre ese lado de la preparatoria, cierto era del 1% de los alumnos aburridos que prefería ir a la cafetería o leer un poco. Estaba súper emocionada, pues era la primera vez que vería jugar a Alex, era la delantera más guapa que conocía y que me interesaba conocer; no sé porque jamás se me ocurrió asistir a los partidos y deleitar mis pupilas sin ser demasiado obvia.

Al llegar las bancas, me di cuenta de lo famoso que es el juego, el lugar estaba abarrotado, me preguntó de donde salieron tantos alumnos; era como si se tratara de un evento muy importante.

- Regla número uno, jamás llegues tarde a un partido. – dijo Adri viendo hacia todos lados.

- Pues jamás imagine que esto se pusiera así.

- Cierto, jamás has venido. Pero ahora ya sabes.

Ambas comenzamos a girar la vista en todas direcciones ansiando encontrar un espacio. Adriana me tomó de la mano y comenzamos a subir entre las gradas abarrotadas de chicos, un par de veces sentí una mano sobre mi trasero, pero nunca identifiqué de quien se trataba. Ahora recuerdo, porque no me gustan los partidos.

- ¿Qué onda bony? (Bony era como solía llamar su hermano a Adriana).

- Hola Angel. – sonriéndole.

- ¿Qué hay güera?

Todos en la familia de Adriana me conocían, por eso no era raro que todos me llamaran güera y no Lidia. Me llevé una enorme sorpresa cuando vi que Angel saco de su mochila una botella de tequila y cigarrillos; pero creo que era normal pues varios imitaron su hazaña. Hasta ese momento creí que Adri era como yo, pero no fue así y no soy nadie para juzgarla claro está; ella se acercó a su hermano y le pidió un cigarrillo, por su manera de fumar tenía práctica.

- ¿Fumas güera? – dijo Angel acercándome la cajetilla de cigarros.

- No mames, ella no le entra. – intervino Adri con la mirada pérdida.

- Pues prueba nada pierdes, si no te late pues lo dejas y punto.

- Que terco eres Angel.

- Ya tranquilos disfrutemos el partido. – suspire.

Justo en ese instante, sonó el silbato y todos en las gradas enloquecimos, me incluyo, pues escuchar el nombre "Alexandra Salgado Ruiz" bah sí que me estremeció. Y un minuto después ahí estabas con un short tan pegado que tu trasero se veía más sexy que de costumbre y una camisa entallada perfecta. No me di cuenta de que Adriana me veía directo a la cara y reía negando de un lado a otro. Vaya, déjame deleitarme de tan hermosa obra de arte.

- ¿Qué ves? – dije.

- Nada, pero tú sí. El trasero de Alex se ve exquisito ¿No?, es lo que todos aquí dicen siempre.

Reímos a carcajadas por más de cinco minutos, cuando me detuve ella seguí con las manos sobre su estomago sin poder detenerse; y cuando finalmente pudo respirar y hablar me explico que mi rostro era un autentico tomate a punto de estallar.

La lluvia comenzó a caer, aún así casi nadie se retiró. Yo no podía irme, no siendo el día más feliz de mi vida; irme significaba que el día terminara y que quizás Alex, se quedara solo en un sueño.

De reojo pude ver que Luis se acercaba sigilosamente y comenzó a hacer cosquillas a Adri por la cintura, siempre supe o intuí que el moría por mi amiga, pero a ella jamás le intereso o eso pensaba.

- ¿Qué les pareció el partido?, ey Lidia que buena onda tenerte por acá.

- Gracias, creo que era momento de divertirme. – sonreí.

LA PESADILLA MÁS HERMOSA DE MI VIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora