Vamos a llegar tarde, rápido- grita mi amiga desde la escalera. Ayer perdí una apuesta, como me odio por haberla aceptado.-¡Vamos Mar! Llegaremos tarde.
Bajé con las mejores ganas de la vida, ¡wow! Al gym. Tati es demasiado fitness, come sano, va al gimnasio todos los días, y para rematar su perfección, tiene el mejor promedio de la clase. Yo soy su polo opuesto, como demasiada chatarra, nunca voy al gym y tengo un promedio bajísimo, casi repitiendo, pero al menos paso. Agarré mi botella y mi mochilita, nos fuimos caminando. No tengo auto, pues mis notas no son los mejores y mis abuelos se reusan a otorgarme más libertad, pero sé moverme por mi ciudad.
Llegamos y Tati fué directo a recepción, mientras tanto me pregunto si duraré 10 minutos, o 5, pero mis pensamientos son interrumpidos por el pago de un mes que debo efectuar. Ví el precio y casi que me voy corriendo, pero la presión que ejercia Tati era inmensa.
Luego de pagar, pasamos al salón de tortura, conocido como gimnasio.Estaba lleno de señoras de apróximadamente 40 años, 2 chicas jóvenes y chicos jóvenes. No conté cuantos, pues eran muchos.
-Bueno, por donde quieres empezar- me señala Tati mostrandome he indicandome cada máquina.
-Me gustaría hacer esa bici- dije, pues pensé que sería lo más simple, pero me equivoqué.A los 10 minutos, sudaba como si hubiese corrido la maratón completa en 10 minutos con 20 kilos encima. Estaba rojísima como tomate, mientras Tati se veía más radiante con 10 minutos, me miró y se mordió el labio para no reírse de mí. Mardita
-Heyy...-decía mientras se me dificultaba la respiración- Esto...Es...Una...TORTURA- Decía indignada mientras todas las miradas se posaban en mí, pero una me llamó en especial, era de un chico, que estaba mirandome como un pervertido, al segundo me marché a los camarines como Speedy Gonzáles y me miré al espejo, estaba destrozada.Decidí dejarlo hasta ahí, pero esperé a mi considerada mejor amiga, que veía mi cara y se ponía a reír. Estaba tan tranquila leyendo un poco, hasta que llegó el mismo chico que me miró con cara de pervertido.
-Wow, pensé que te desmayarías, nunca ví algo igual- decía él mientras yo rodaba mis ojos. -Créeme, aveces pienso que soy una criatura de otra dimensión, no soporto nada.- decía con sarcasmo
El chico me miró- Me llamo Marco, ¿y tú?
-Me llamo Mariela, pero todos me dicen Mar, es mucho más cómodo
-Que bueno, Mar.
-Mar, vamos, ya terminé- decía Tati mientras salía del camerín, miró al chico- Hola-dijo secamente
La miré intentando decirle que no hiciera nada, pero empezó un interrogatorio, a veces se oiensa que tengo 10 años.
-Cual es tu nombre-Marco
-Completo
-Marco Humberg
-Escuela
-Apenas voy llegando a esta ciudad
-¿Mayor de 18?
-No, tengo 17- Antes de que Tati continuara, le interrumpí-Ok, vámonos de una vez, adiós Marco
-Adiós Mar, espero volver a verte- dijo Marco, mientras guiñaba un ojoNo sé cual fué su intención, pero no me dejaría llevar tan fácil, aunque tuviera unos hermosos ojos color turquesa.
____________________________Holaa, bueno, seguiré con este libro ewe. Espero que les guste
Voten y comenten
-Potter⚡
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Por Una Apuesta
Teen FictionMariela es una chica muy poco atlética, y gracias a una mala apuesta debe comenzar a ir al gimnasio. Nunca se hubiese esperado que encontraría un tesoro mayor que un abdómen de chocolate