Primer día de clases. Estaba muy nerviosa. Bajé las escaleras con mi ropa de colegio y mi mochila, no tenía mucha hambre pero Agnés (nuestra nana) me obligó a comer un huevo frito con pan. Estaba rico, muy rico, pero no podía comer más, estaba nerviosa de encontrarme a Jessi y a Kian, y que ambos intenten darme estúpidas e incoherentes explicaciones de que pasó.
Ya debía irme, Tati ya había llegado y partimos al colegio. Estaba tan nerviosa.-Qué te ocurre Mar, tienes cara de pena- decía ella mientras miraba hacía adelante- Estoy bien, tranquila, solo fíjate en el camino porfavor- le dije mientras miraba mis manos, puse el espejo y ví mi cara. Estaba pálida.
Tati se aparcó y nos fuimos al gimnasio donde sería la apertura de este año. Que complejo todo, estaba lleno de niños pequeños, además de adolescentes agrandadas y pubertos con olor a queso. Pasé al lado de Sindy Miranda, una de las niñatas de 14 años que se creía Kylie Jenner o algo por el estilo. Me caía tan mal esa niña, al pasar a su lado comenzó a mirarme y a hablar con su grupito de fans. Que terrible esa situación.
Me senté al lado de Tati, nuestros asientos ya estaban asignados, y a mi lado iría el chico nuevo, que felicidad, un nuevo amigo que podría hacer.
Comenzaron a hablar de muchas cosas, pero no presté atención, tan solo me preguntaba donde estaba el nuevo, ya habían pasado 20 minutos y no se hacía notar nadie en el extenso gimnasio. Quizá lo nombrarían en el escenario.
Pasaron los minutos, y por fin comenzaron a hablar de los nuevos.
Nombraban y nombraban, hasta que tocó nuestro año, uns solo estudiante fué nombrado, y no lo podía creer, de todas las desgracias posibles esta era una. Marco Humberg.
Comenzó a bajar del escenario y se sentó a mi lado. Me reconoció al instante. Tati me dijo que era un mujeriego ayer, y si es verdad, corro peligro pues mi corazón es muy fácil.
-Wow, de todos los colegios justo vine al tuyo Mar- me dijo mientras me miraba- un gusto volver a verte.
-Si, emm, me...mejor escucha- dije yo un poco nerviosa, pero a decir verdad no sé por qué.No puede ser tanta mala suerte en un día...
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Por Una Apuesta
Teen FictionMariela es una chica muy poco atlética, y gracias a una mala apuesta debe comenzar a ir al gimnasio. Nunca se hubiese esperado que encontraría un tesoro mayor que un abdómen de chocolate