-No puedo creer que no me dijeras nada, mardita, te pude haber ayudado- me decía Tati por teléfono
-Sé que fuí una estúpida en no decirte en el colegio, pero si te lo decía, lo ibas a golpear y no quiero que te vayas a detención- le decía yo intentando que se tranquilize
-Me importa una *PIIIIIIIIIIIP* lo que me hagan, ¡Ese idiota, malpario psicópata aborto mal hecho está por las calles libre! ¡Mejor hubiese estado en un mardito hospital y no maltrata a nadie! ¡mañana lo...- le interrumpo-No hagas nada de lo que dijiste, por favor, no quiero que vayas a la cárcel, aún eres joven. Déjalo, quizas solo me asusta, pero si me llega a golpear, no dudaré en hacerlo también.- le dije yo, pues estaba decidida que si me ponía una mano encima, le golpearía muy fuerte.
-No se como planeas hacer eso si eres más debil que una pluma,- respira en forma de relajación- para que no seas así de débil, debes ir al gimnasio. En todo caso, hoy toca.Le cuelgo, no quiero ir al estúpido gimnasio, luego de todo lo que pasó hoy, no quiero algún tipo de contacto con Marco. Espero que, simplemente, se haya olvidado de mi llanto desesperado y no me haga preguntas.
Me alisto, finalmente no puedo desistir, me pasa por apostar, sabiendo que nunca gano nada.
Hablando de apuesta, debo explicarles como pasó. Bueno, todo comenzó cuando Tati llegó en verano a mi casa. Ella tiene una prima universitaria en Los Ángeles, así que Tati me dijo que hicieramos una videollamada por skype.
La verdad, Liss me pareció una chica agradable, era sociable y cariñosa. Hasta que nos hizo esa apuesta. Tati le contó mis debilidades a Liss, y yo le conté a Liss las debilidades de Tati. Ella dijo:
-Si Tati gana, Mar tendrá que ir al gimnasio durante un mes, 5 días a la semana, sin falta.
-¿Y si pierde Tati?- pregunté yo, ansiosa, pues pensaba que iba a ganar.
-Si tu ganas, Tati tendrá que... emmm...- se queda unos segundos en silencio- .... ¡Ya sé!, compartir sus secretos de como bajó 10 kilos en menos de una semana- dijo ella. Yo estaba emocionada, pues sabía que iba a ganar.La apuesta era simple, debíamos adivinar la película con una sola palabra que la identificase. Yo soy muy buena adivinando. Eran 5 palabras.
Era la última ronda, yo llevaba 2 y Tati 2. Esta ronda era la desiciba. Era ganar o ganar. No me dignaria a pagar un gimnasio.
-¿Listas?- pregunta Liss
-Sí- respondemos Tati y yo a coro.
-...- unos segundos de silencio- ¡16!Tati y yo estabamos pensando. ¿16? Que tiene ese simple número. Emm... cerebrito... y.... ¡Eso!
-¡16 DESEOS! ¡16 DESEOS!- grita Tati emocionada
-Corrrrrecto- dice Liss con alegría. - Lo siento Mar, un mes fittnes no te caerá mal- me dice Liss con cara de perro abandonado.Rayos, con ese recuerdo he perdido más de 10 minutos.
Me hago una coleta rápida, me pongo el buzo y todo lo necesario, lo meto en la mochila.
Bajo las escaleras y veo a Tati muy enojada, no me gritó, pero lo veía en sus ojos. Sabía que era por haberselo contado tantas horas después de los hechos. Perl era por su bien y por el bien del estúpido de Kian. Sé que es un idiota, pero, nadie merece un golpe de la fittnes Tati.
Nos fuimos en su auto. El viaje fué silencioso y muy incómodo. Obviamente sería así, pues ella estaba muy enojada conmigo.
Llegamos. Decidí hacer elíptica, quería lograr algún tipo de record. Llegar a más de 10 minutos.
Me arregle, puse mis cosas en el camerín, y partí hasta llegar al lado de Tati.
Ya han pasado 10 minutos. Estoy súper roja. Marco me mira cada dos por tres con una sonrisa en su rostro. Nos comunicabamos por telepatía, me da gracia su forma de ser, y por lo menos me alivia un poco de mi malestar y dolor.
No pude más, me bajé de la elíptica y avanzé hasta el camarín. Me sequé el sudor y salí para esperar a Tati. No sé si estoy loca, pero, estoy viendo a Kian por la ventana. Me mira, hay no, esto, esto no es normal.
¿Acaso estoy loca o está entrando?
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Holiiii
Aquí de nuevo xd. ¿Será Kian o Mar se está volviendo loca
Aquí tienen a Jessi
Esoo, voten, comenten, compartan
-Potter ⚡
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Por Una Apuesta
Teen FictionMariela es una chica muy poco atlética, y gracias a una mala apuesta debe comenzar a ir al gimnasio. Nunca se hubiese esperado que encontraría un tesoro mayor que un abdómen de chocolate