Luego de que se comiera su perro, enorme por cierto, con todo y full salsa, recorrió el sitio una última vez más antes de irse. Eran las ocho y treinta y seis, pero el lugar estaba bastante lleno de gente. Se dirigió a la heladería, y se compró una barquilla de chocolate con torta Suiza; su favorito.
Por simple curiosidad, se encaminó hacía el perrero "La Santa Ramona", quizás estaban a punto de cerrar. Dicho y hecho, el empleado estaba limpiando y amontonando las varias mesas y sillas.
Su corazón latió rápidamente cuando divisó al dueño de sus pensamientos, ayudando al otro a cargar todo hacía el almacén del local. No podía dejar de mirar su gran espalda, sus fuertes brazos, su cabello adherido a su frente gracias al bendito sudor, su ceño fruncido por cargar tanto peso, sus enormes ojos —los cuales descubrió que eran cafés—, sus labios levemente mordidos, ¡oh Dios mío! sus rosados y humectados labios siendo mordidos por él mismo hacían que las piernas del peli-negro flaqueran violentamente.
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De camino a la parada de autobuses, Kook estaba absorto en sus pensamientos. Las diferentes imágenes de lo ocurrido el día de hoy hacían que su corazón bombeara con prisa, sus sentimientos homogéneos estaban mezclados. Sin embargo, se sintió conforme con la decisión tomada, así le pesara con todo su ser, fue maduro en todos los sentidos. No podía comportarse como un niñito mimado y caprichoso que quiere un dulce.
No obstante, se asustó repentinamente cuando escuchó las pisadas próximas a su ser, y la presencia de otra persona cercana a él. Eran las nueve y diez, pero el cielo estaba tan obscuro como sí de la media noche se tratase, eso hizo que el peli-negro se atemorizara un poquito más, y el asunto de la delincuencia tampoco ayudaba mucho a que se calmara.
Apresuró el paso hacía la parada, cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo divisar la silueta de varias personas esperando allí. Agradeció al cielo, al menos no estaría solo en medio de la noche, y con unas tremendas ganas de desplomarse en el suelo y no despertar nunca más.
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Llegó a su casa, saludó a su madre y se encerró en su cuarto de un portazo. Su ánimo ha empeorado durante el transcurso en el autobús, y ¿como se supone que mejore? sí a su lado se sentó una señora con un carajito llorando. Maldecía discretamente mientras el niño chillaba porque quería un juguete de espaiderman, y la señora —supuso era su madre— lo único que hacía era decir: "haz silencio, MinHyuk" o "Ya MinHyukkie, no hay plata" con una voz que no asustaba ni a un gato.
Pero vamos, no le echemos la culpa completamente a ese niño, o a esa señora gafa, sabemos perfectamente el porqué el de cabellos tan obscuros como la noche tiene ese humor de perros.
Y como la duda todavía se apoderaba de su cuerpo, pues no sabía sí tomó la decisión apropiada o no, supuso que era mejor sí tenía a alguien que respaldara sus pensamientos ¿y quién era mejor que sus mejores amigos? ¡no! ni de loco le comentaba a esos zamuros sobre su situación actual. A ver, ¿quién de todos ellos era el más "maduro"?
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Mami Seok 💅: Que quieres JungKook?
Coño pero es que eres una ladilla
Ya uno no se puede hacerse una mascarilla tranquilo pues

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Hot Dog | TaeKook
Fanfic•• Donde Jeon JungKook va a comer perro caliente en la calle del hambre y queda flechado por el tipo con pelo de mortadela que hace los perros; Kim TaeHyung •• ➙Fluff ➙Historia Corta ➙Venezuelan Edition ➙Mención del YoonMin como pareja secundaria [P...